Vaya por dios maria y jose: nuestra amiga y especial suya doña censura ha tenido a bien el "retirar un escrito mio dirigido a usted", ya ve el no tener el manto divino es lo que provoca que usted vaya por autopista y yo tenga que utilizar senderos. Bien de todos modos espero de la magnanimidad de ambas y si dejen por un momento de cortar la libertad de expresión y lean este enlace. Les puedo aseguar que el leer lo maximo que les puede producir es cansar la vista; pero considerando que ustedes la tienen muy sana, no importa No puedes ver los enlaces.
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Pero eso lo escribe María Consuelo Mejía Piñeros, Fundadora de “Católicas por el derecho a decidir”, de México, que es una organización anti vida que tiene por finalidad ir en contra de la Iglesia Católica y promocionar el aborto, la anticoncepción, la esterilización, el lesbianismo, la homosexualidad, el feminismo radical y las doctrinas de la New Age (Nueva Era) y que apareció en EEUU en 1970. Usando el título de "Católica", se dedica a sembrar cizaña y discordia entre los verdaderos católicos. Por ello, la Conferencia Nacional de Obispos Católicos de los EEUU, declaró el 4 de Noviembre de 1993 que: "Católicas por el Derecho a
Decidir, NO ES UNA ORGANIZACIÓN CATÓLICA, muchas personas pueden ser inducidas a creer que esta organización es auténticamente católica, pero no lo es. No está afiliada de manera formal ni de ninguna otra forma a la Iglesia".
Está implicada con movimientos a favor del aborto en Washington, DC y comparte una dirección postal y fuentes de ingresos con la Federación Nacional del Aborto. Contradice deliberadamente las enseñanzas esenciales de la fe católica y por ello ni se le reconoce como organización católica, ni se le apoya como tal. Se financia a través de poderosas y millonarias fundaciones privadas, para promover el aborto como método de control poblacional.
¿Se puede alegar "derecho" para hacer el mal?, ¿se puede alegar "derecho" para atentar contra la vida de los demás?". Ciertamente la persona es libre para escoger entre el bien y el mal, el cumplimiento de la ley o la violación de la misma, entre ser justa o injusta, entre la honradez y la corrupción, pero en base a ese supuesto "derecho a decidir" toda persona puede hacer uso de su libertad y por tanto de alegar su "derecho", entonces una persona que asesina a otra, que roba, secuestra, viola, ... puede alegar que es libre y, por lo mismo tiene "derecho" a violar, asesinar, robar, dedicarse al narcotráfico, etc. Por esto se ve que no hay nada de justicia social en esta organización que apela a un "derecho" como propio de una mujer "católica" en cuanto a la decisión de dejar con vida o asesinar a un ser humano inocente que aún no ha nacido.
Su objetivo es difundir entre los católicos la idea de que el aborto no es malo y que las mujeres católicas que lo practican no deben tener ningún conflicto con su fe y, una de sus estrategias, por poner un ejemplo, consiste en exagerar el número de mujeres que mueren por aborto ilegal en América Latina, para entonces alegar que hay que legalizar el aborto para que éste sea "seguro" para la mujer. Esto se utilizó con éxito en EEUU para legalizar en 1973 el aborto por petición. Los grupos proabortistas decían que en EEUU morían cada año por aborto ilegal entre 5 y 10 mil mujeres, pero según los Centros para el Control de las Enfermedades de ese país, que reportaron entre 50 y 100 muertes maternas por aborto ilegal en esos años. Lo que realmente ocurrió es que la fuerte propaganda proabortista de estas organizaciones, con la ayuda de los medios de comunicación, pudo más que la verdad. Luego, un estudio financiado por el gobierno de Finlandia confirmó que las mujeres que se someten a un aborto corren cuatro veces más el riesgo de morir que las que continúan su embarazo y dan a luz (en este estudio se analizaron más de 9.000 casos y concluyó que las mujeres que abortan tienen cuatro veces más probabilidades de morir al año siguiente, que las que tuvieron a sushijos y las madres que dieron a luz son en un 50% menos propensas a morir que las que no tuvieron hijos.
El médico que se encargó de la investigación, David C. Reardon, explicó que "se trata de un estudio impecable, basado en informaciones verídicas" que "confirma que el hecho de que el aborto sea más peligroso que el parto, no es algo que pueda dudarse". Por tanto, la legalización del aborto, lejos de resolver estos problemas de muertes de mujeres, lo aumenta.