Claro, Palangana, no tienes por qué justificarte, pues no iba a ti dirigida la corrección por lo de Bretch.
Iba un poco por lo de plantear como esterotipo de víctima al comunismo, cuando fue una exacerbación repugnante del materialismo.
Dicho esto, opino que esta criatura tiene su origen en el capitalismo, ya que en ese mundo al que odian los revolucionarios comunistas, son alumnos aventajados. Y podría decirse igual del islamismo o laicismo respecto al catolicismo. Que al final nos parecemos mucho todos.
De hecho, el concepto de raza superior, viene a ser otra versión que el de pueblo elegido, hay algunos provincialismos que combinan el concepto de pueblo oprimido-pueblo elegido-germanismo-espíritu-redención-obras.
Y te sorprenderá por ejemplo saber que Lenin era un niño pijo del capitalismo, igual que Pol Pot, que Ghandi era un niño mimado de la Gran Bretaña que tanto odiaba, que hubo judíos que colaboraron activamente con los nazis, que el régimen constitucional del que tanto se aprovecha el PSOE para el choriceo, fue edificado con los ladrillos que había puesto el Opus, en combinación con el laicismo, que Lenin hablaba de hacer el nuevo régimen con los ladrillos del zarismo, etc.
O sea, para que veas tú la relatividad de todo lo que nos han dicho, que va a resultar que es todo mentira. Que nos parecemos todos mucho. Claro: todo eso se cuidan mucho de ocultarlo, porque entonces el negocio de la ideología no marcha, las camisetas del Che no se venden y la gente no va a misa.
Entonces, no cabe duda de que la mentira de la ideología genera intolerancia, particularismos, sectarismos, feudalismos y gremialismos. Que la tecnología podrá progresar y con ello, el bienestar general, pero en otros ámbitos es todo una espiral que da vueltas, se necesita inventar, pero al mismo tiempo, está todo en cierta forma, inventado. Es toda una paradoja: el hombre es un ser inventor, emprendedor, sí, pero también gregario y copión, junta una cosa y la contraria, realismo e imaginación, razón y mística. No creemos, pero necesitamos creer para alimentar el genio. ¡Imagínate tú que caos! Pues esto es lo mismo: somos lo mismo, pero necesiyamos diferenciarnos.