¿Las cifras también son antipatriotas, fachas y reaccionarias?
Veamos este artículo:
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Las muertes en urgencias del Severo Ochoa bajan un 47,8 % desde que cesó el doctor Luis Montes
La cifra es demoledora: en el año 2005, la tasa de mortalidad en el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa, de Leganés, ha descendido un 47,8 por ciento, según han indicado a ABC fuentes del citado centro sanitario. Como se sabe, el servicio de urgencias del Severo Ochoa está inmerso en un proceso por sedaciones irregulares -los peritos del Colegio de Médicos de Madrid han detectado 34 casos de mala praxis médica-que llevaron a la destitución, en marzo de 2005, del jefe de dicho servicio, el doctor Luis Montes.
Está claro que durante el año 2005, el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa ha registrado un considerable descenso de fallecimientos. Se insiste en que el doctor Montes fue retirado de dicho servicio antes de que finalizara el mes de marzo; es decir, que su jefatura al frente de urgencias, en ese año, no llegó ni al final del primer trimestre del año. Los nueve meses restantes de 2005, el doctor Montes ya no ejercía como jefe de urgencias del Severo Ochoa.
En el centro hospitalario no se hace ningún juicio de valor sobre el brutal descenso de las defunciones en urgencias. Sólo ofrecen los datos objetivos que emanan de los informes que, como cada año, lleva a cabo el citado centro.Según dichos informes, durante el año 2004 se registraron 203 muertes en su servicio de urgencias, cifra que bajó a 106 en todo el 2005. Ello significa un descenso del 47,8 por ciento en el número de fallecimientos.
Protocolos de actuación
Las mismas fuentes hospitalarias han explicado lo sucedido de la siguiente forma: la tasa de mortalidad en el servicio de urgencias generales de los años 2002, 2003 y 2004 estaba en, aproximadamente, el 2,6 por mil, una cifra que en 2005 se redujo al 1,6 por mil.
Desde que saltó el escándalo de las sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa, en su servicio de urgencias no se lleva a cabo ningún tipo de sedación. Los responsables del centro sanitario explican que existe una Unidad de Cuidados Paliativos con seis camas, ampliables a doce, donde sí se realizan las sedaciones a los enfermos para los cuales se prescribe el tratamiento y, siempre, siguiendo un protocolo de actuación al uso.
La presidenta de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), María Antonia del Moral, ha comentado a este periódico que «ese 47,8 por ciento de muertes menos en las urgencias del Severo Ochoa durante el año 2005 resulta muy significativo y no debe pasar inadvertido. Si uno se para a pensarlo bien, es que se ponen los pelos de punta. ¿Qué está pasando? Yo creo que, ante tales cifras, sobran los comentarios».
Tres fármacos
Por otra parte, ayer finalizaron, en el Juzgado número 7 de Leganés, las comparecias de los once peritos que elaboraron el informe pedido por el juez acerca de las sedaciones a pacientes terminales en el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa. También se dio por concluido el estudio de los historiales clínicos.
Los expertos se ratificaron en que se administraron fármacos «inadecuados» y, además, «en cantidades excesivas». Por lo visto, los fármacos utilizados fueron, entre otros, Mirazolan, Transilium y cloruro mórfico. Al parecer, uno de los peritos señaló que, a su juicio, los tres fármacos mencionados «pueden ser tóxicos».
Los mismos peritos comentaron que en todo proceso de sedación hay que seguir un protocolo muy bien delimitado y definido. El lugar idóneo para este tipo de tratamiento es en las unidades de ciudados paliativos y que el de urgencias «no parece» que debiera ser el servicio donde se administren tratamientos que no se corresponden con la razón de ser de un equipo de emergencias médicas y hospitalarias.
Ayer también, los peritos se preocuparon en dejar claro que cualquier tipo de sedación a los pacientes, además de tener que realizarse en el servicio adecuado para ello -como el de cuidados paliativos, como ejemplo más claro-, requiere la personalización del paciente y un seguimiento puntual del tratamiento para controlar, en cada momento, como evoluciona el enfermo que está siendo sedado.
En la sesión judicial anterior, la correspondiente al miércoles, los peritos expusieron que el en Severo Ochoa se realizaron sedaciones que «no procedían», también en «dosis excesivas» (algo que se ha mantenido a lo largo de todas las sesiones ante el juez) y que en alguno de los casos tal acción pudo ayudar a «acelerar la muerte».
Autopsias
Otro de los puntos en los que se ratificaron los peritos fue que en el servicio de urgencias del Severo Ochoa se produjeron 20 sedaciones no indicadas -practicadas a pacientes en coma- y otras 10 que se administraron a enfermos en los que no se encontraron síntomas que lo requirieran.
Todos los peritos que están declarando ante el juez que instruye este caso son expertos en cuidados paliativos, oncólogos, forenses, geriatras, internistas e intensivistas.
Lo que nadie ha establecido es una relación directa entre la administración de los fármacos y la muerte de los enfermos a los que se aplicó porque ello depende de unas autopsias que nunca llegaron a producirse.
(ABC, 16 de junio de 2006)