Estoy de acuerdo. En los alumnos se pueden perdonar los ruidos por los nervios, lo que resulta impresentable es que sean los funcionarios (no sé qué son exactamente...) que vigilan los exámenes, los que se dediquen a hablar entre ellos mientras tu intentas concentrarte. O lo mejor de todo, que les suene el móvil. Ayer me tocó en la primera fila y era como estar en un bar, menudo cachondeo llevaban!