Inhumano? Joer este foro te sube la moral que no veas...
Me explico: A mí, tu ejemplo de los testigos de Jehova no me da ninguna rabia. Puedo no entender y no respetar una creencia que, a mis ojos es absurda pero no encuentro una intencionalidad perversa, de satisfacción de los propios instintos a costa del sufrimiento ajeno en los padres al oponerse a la transfusión a su hijo.
Ni siquiera tu macabro ejemplo anterior me da rabia "per se".
No podemos juzgar MORALMENTE otras creencias desde la supuesta superioridad que creemos que nos confiere nuestra propia educación, fundamentada en una creencia diferente.
Todas las religiones suponen sacrificio para sus adeptos y, quizá a nosotros educados en una creencia que ha flexibilizado el sacrificio personal (en aras de su propia supervivencia o, dicho de otro modo: pa seguir haciendo caja) no somos capaces de entender este sacrificio (extremo, macabro a nuestros ojos), que antepone la creencia a la vida propia o de los seres queridos.
Cuando yo era pequeño, en el cole (de curas) sacaban muchas veces a relucir, de forma despectiva, este ejemplo de los testigos de Jehova y yo nunca entendí la razón de este desprecio. Los testigos de Jehova parecen vivir sus creencias de forma extremadamente coherente y no sólo predican de boquilla, cumplen, por ejemplo, el primer mandamiento cristiano de una forma exhaustiva, sin paliativos, ¿cómo se puede, desde una creencia que se ha excusado durante años en la idea del sacrificio ajeno para ocultar otros intereses nada "divinos" despreciar a otra creencia que empuja a sus seguidores a sacrificios extremos en los que se pone de manifiesto que la confianza, el amor hacia su dios es total?.
¿Qué tiene la doctrina de los testigos de Jehova que motiva a sus seguidores de tal forma, que consigue que antepongan la fe a su propia supervivencia?. Quizás lo que tiene es de lo que carece la doctrina católica: coherencia. Una coherencia absurda, macabra, perversa (a nuestros ojos) pero una coherencia de la que carece la doctrina católica, que queramos o no, es la base de nuestra educación.
Obviamente, no digo que haya que respetar la creencia de esos padres que niegan la transfusión a sus hijos. Lo que no podemos de ningún modo es erigirnos jueces morales de unas personas que demuestran que su fe es mucho más fuerte, más extrema y más de verdad que toda la palabrería hipócrita, doctrinal y cacareada desde púlpitos a la que estamos acostumbrados.
Si la cosa está en despreciar todas las creencias, que se incluyan todas pero que no se apliquen criterios selectivos que descansan en la moralina propia de lo católico para despreciar lo no católico.