El problema es mucho más profundo: se pretende gobernar a base de utopías y buenos deseos, pero eso es contrario a una República en el buen sentido de la palabra.
Ahora no hay Monarquía, ni República. No hay Monarquía porque tanto juancarlismo ha terminado vaciando de todo contenido la Institución. Sólo se ve la simpatia de la persona, pero nadie se cree ya la Institución.
El grado de corrupción es tal, que las Instituciones como tales también están desapareciendo: ni el Rey reina, ni el Gobierno, gobierna, ni los politicos actúan en clave de polis. La Presidencia no existe, existe un señor que cobra el sueldo: nada más. El Gobierno tiene el mismo virus del juancarlismo, la persona vacía la Institución. La Institución y el Estado son ya puros esqueletos: el Ejército en la medida está siendo absolutamente pisoteado, se pagan su comida en Afganistán, están absolutamente abandonados a su suerte, cazados como moscas, sin inhibidores, ni leches. Otro vicio juancarlista de desinstitucionalización. ¡Un Gobierno sancionando a unos soldados que les sirven de escudo por poner la bandera de España, ante las protestas de sus enemigos naturales, los separatistas! La Educación sólo sirve para la propaganda, no sólo en el sentido muchas veces indicado, sino para que salga la preciosa noticia de "tantos miles de millones de euros invertidos en Educación", para hacer moralismo televisivo y poco más, pero fuera de esa propaganda nadie se cree la Educación como Institución.
Lo mismo con las leyes: sí hay leyes y eso sirve de propaganda, para decir que: "hay leyes", pero sufren el mismo proceso de descrédito.
La moneda, la hemos convertido en "farsa monea", la crisis tampoco es crisis. Nadie se cree la crisis, para estúpidas transferencias no hay crisis. Los bancos se vacían y se llenan, quién sabe si las cuentas son reales, quién sabe si las cuentas públicas son las que dicen que son, quién sabe si hay o no hay dinero, se gasta con alegría y hasta con desprecio, las cajas son saqueadas, los sindicatos y la patronal sólo son tales Instituciones para cobrar subvenciones y para las fotos y el paripé de que se hace algo. Pero han caído en el mismo descrédito que todo lo anterior.
Todo es gangsterismo y mentira.