La respuesta es que el GAL no ha muerto, la respuesta no está en el poder, ni en los políticos. Esto ya pasó, fue una farsa monumental: la política es una farsa monumental, la ley no existe, las Instituciones han muerto a manos de los gangsters.
Pero la culpa no es ni de unas, ni de otros, la culpa es de los falsos liberales, que creen que las Instituciones están vivas. El camino que llevamos, es un camino de muerte. La salida no son los GAL, la salida no son tampoco estas Instituciones.
Se habla de salidas providenciales, típicas de eurotontos, eso era en los años 30 o en los años 40, salidas tipo Franco o tipo los americanos en París. Nada de eso sucederá, nadie vendrá a salvarnos, nadie rescatará tampoco a Europa de su muerte a manos del Islam. (Sobre todo después de cómo se ha tratado al Tío Sam) Nadie, excepto una cosa: la verdad e ir abriendo una brecha en las leyes inoperantes por la vía de la costumbre. Ello tal vez aflojará el yugo ficticio de los nacionalistas, pero no creará sino más anarquía, más terrorismo, estaditos de mercenarios, etc. Y no serán 17, serán por lo menos, 50. No prosperaremos, nos desangraremos, nos hundiremos, nos reduciremos a escombros, pero viviremos por siempre felices, reconciliados con nuestra verdaadera historia. ¿Era eso lo que queríamos? Pues se cumplirá.