Estoy convencido de que el voto es un derecho, no un deber. No sólo en política, sino también en elecciones sindicales, empresariales, colegiales, etc.
De hecho yo la única vez que voté, fue para votarme a mí mismo, aunque lamentablemente perdí por un solo voto.
Pero en fin: miraré qué dicen las Salas III y IV de lo Contencioso-Administrativo y de lo Social del Supremo.