A lo largo del año hay periodo y fechas que te permiten hacer una pausa y reflexionar, o mirar atrás y ver en que ha fallado uno o que es lo que hace que las cosas mundanas se hagan cada vez mas pesada. Estas navidades son unas de esas fechas. En donde se produce un milagro aun inexplicable en lo que se mezcla lo divino y lo pagano, donde incluso el odio hace una pausa para cenar con la amistad, donde lo espiritual ya se confunde con lo comercial. Así también es una época en la que recordamos aquellos que han partido y con la esperanza de que en alguna parte de esta galaxia se vuelvan a encontrar para no separarse nunca más. Estas fiesta que de acuerdo con nuestra tradición celebramos el nacimiento del niño-dios, nos permite una reflexión hacia nuestro interior pues también con estas fecha se va un año y vuelve otro y así sucesivamente y como el orden natural es perfecto vamos haciendo de nuestro cabellos que un día fueron de color la expresión grisácea del paso del tiempo que nos lleva de forma irremediable a la vejez. Nos saltan muchas preguntas y pocas repuestas, nos conformamos como lo que somos con nuestras virtudes y fracasos, nuestras alegrías que se manifiestan a nivel familiar y cada vez que aprobamos una asignatura, con el desaliento ante la incertidumbre que nos acecha cada día, como cuervos en la oscuridad esperando la carroña, pero a pesar de todos estos entresijos no nos resignamos a poder ese hueco de esperanza de un mudo mejor tanto para nosotros como para las generaciones venidera y eso es lo grande de estas reflexiones en estos periodos, por lo tanto solo me queda desearos alegría y suerte en los exámenes y para aquellos del programa antiguo desearles también que el resultado de los exámenes que están celebrándose tengan un final feliz.
Cuando le pregunta a Crisóstomo si era un sujeto malo el respondió: No soy un baúl de virtudes pero tampoco una caja pequeña de desdichas….
Un saludo