No puedo sino admirarme de las impecaciones, maledicencias y el pavor que suscita el liberalismo.
Donde los pueblos se mataban a causa de la teocracia y las guerras de religión, los liberales postularon la separación entre el poder y la religión, proclamaron el dereco a la libertad religiosa, y superando un oscuro pasado teocrático e inquisitorial, tumbaron el feudalismo, propiciaron el desarrollo industrial y científico, suprimieron los anacronismos y pusieron los cimientos para un progreso espectacular y duradero.
Mientras en España nos aferrábamos a estos lastres del pasado (que vuelven toditos juntos), la Revolución Francesa establecía la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley al grito de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Hoy, todos estos lastres del pasado y otros, han vuelto a España para convertir la vida de los españoles en una pesadilla: los derechos humanos que proclaman los liberales, hoy, gracias a socialistas y tradicionalistas, se ven más amenazados que nunca. La igualdad ante la ley ha sido pisoteada con desgarro por socialistas y tradicionalistas. La libertad religiosa que proclama el liberalismo, se ve claramente amenazada por el Islam que resurge en España por obra y gracia de socialistas y tradicionalistas. El derecho al voto femenino, del que tanto alardean los socialistas como logro suyo, se lo debemos a la liberal Clara Campoamor.
Lejos de aprender las lecciones de la historia, (la derecha, la caída de la teocracia católica y la izquierda, la caída del Muro de Berlín), lejos de defender que se dé sepultura a los arcaísmos forales, socialistas y tradicionalistas atizan contra los liberales, monstruos que ellos mismos han creado. Este Díaz Ferran, no es sino otro de los monstruos que han creado izquierda y derecha y se permiten el lujo de atizar contra los liberales. Para empezar, este tío no representa a nadie, pero es que además, éste señor recibe cuantiosas subvenciones.
En cuanto a los bancos, al sistema actual, no deja de ser el mismo sistema que han creado socialistas y tradicionalistas: ahí tenemos a los Sindicatos mangoneando en las cajas, y a los partidos políticos. Debe ser que el pianista Narcís Serra, o el patético Moltó, son criaturas del liberalismo, pues sólo así se explica que hayan dejado Caixa Cataluña y Caja Castilla La Mancha, en quiebra. Debe ser que Pujol es otro de los hijos bastardos del liberalismo, pues así se explica cómo dejó Banca Catalana y cómo se libró gracias al superliberal sistema judicial español de separación de poderes, como todas sus eminencias saben por el art. 159 de la Constitución.
Podría seguir insistiendo, en mis impecaciones contra el liberal despifarro autonómico que nos ha llevado a la ruina o con la crisis institucional que han provocado los liberales con el Estatuto, de la credibilidad que tiene la justicia española gracias a los liberales jueces Garzón y Bermúdez, o de la crisis que el liberal chivatazo a ETA ha provocado en la lucha antiterrorista.