Habría que ver todavía que viento ha traído las nubes negras que se avistan.
Mientras que las primeras promotoras del país ( caso AIFOS) deben sumas como éstas: a la AEAT por 42,5 millones y otra con la Seguridad Social de 1,4 millones de euros
......y muchos de los ayuntamientos y los que se dedican a la evasión de capitales, o de los impuestos directamente, y los que son miembros activos y pasivos de la economía sumergida y no contribuyen,............. no nos extrañe que las arcas estén vacías.
No puedes ver los enlaces.
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LoginVolviendo al tema del hilo,
se ofrecen distintos alternativas al sistema de reparto o en combinación con eñ mismo:
La obligación de suscribir un propio plan de pensiones individuales que corresponde al sistema de capitalización. ( para los trabajadores autónomos en su mayoría)
La obligación para las empresas a implementar un sistema de planes de pensiones ocupacionales ( para los trabajadores por cuenta ajena).
Los sistemas de capitalización pueden generar rendimientos insuficientes ya que dependen de las inversiones que realice con estos fondos el gestor de los mismos. El riesgo lo soporta el trabajador o la empresa. Los planes de pensiones privados generalmente son complementarios y sólo suelen acogerse los que tienen ingresos suficientes y están lo suficientemente preocupados para tomar medidas de prevención 20 o 30 años antes.
En relación a lo anterior hay un sistema interesante:
El sistema de las cuentas nocionales es un sistema de capitalización obligatoria (empleado en Suecia e Italia). El sector público abre una cuenta que gestiona para cada cotizante. Se acumula la cuantía de las aportaciones en este fondo, a beneficio de cada trabajador y se incrementa cada año por el índice de precio de consumo, u otro. Se establece una edad mínima de jubilación pero cada trabajador que tiene en cada momento la información sobre su fondo decide cuando quiere jubilarse efectivamente. Cuando llega el momento el saldo de su cuenta se divide entre el número de los años de esperanza de vida. Este sistema es bastante transparente, más controlable y dado que el coste de oportunidad es trasladado al trabajador incentiva la permanencia en el trabajo.
De todas formas los cambios de un sistema a otro son delicados ya que pueden suponer una carga injusta para las personas activas en el presente.
Lo que no me parece bien al tomar la única medida del aumento de la edad son los efectos camuflados. Cuando llegue el momento las empresas se verán igual que siempre esforzados a prejubilar a edades por debajo de los 60 y 65. Los empleados y trabajadores afectados tendrán que aceptar (unos encantados otros menos). Los autónomos tendrán que buscarse las castañas ellos solítos como siempre pero aflorando más.
Es decir, todo esto no es sincero, no se incentiva a las empresas a prejubilar menos y a los trabajadores a trabajar más tiempo, sino se incita a pagar más a los primeros y a cobrar menos a los segundos.