Al Niño Jesús
Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos, la gracia que necesito, pongo en tus benditas manos.
Tú que sabes mis pesares, pues todos te los confío, da la paz a los turbados, y alivio al corazón mío.
Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a ti en vano, pues eres Hijo de Dios, y auxilio de los cristianos.
Acuérdate oh Niño Santo, que jamás se oyó decir, que alguno te haya implorado, sin tu auxilio recibir, por eso con fe y confianza, humilde y arrepentido, lleno de amor y esperanza, este favor yo te pido: al igual que Tu es niño, extiendele tu mano y haz que se cure y que el sufrimiento pasado sea un mal recuedo para él, para su padre y para su madre María E. M.
¡Llénalos de alegrías!.