Hoy se plantean aún más dudas respecto al la "mochila de vallecas":
Las pruebas realizadas en Libertad Digital con el mismo modelo de teléfono utilizado en la bomba de Vallecas confirman las sospechas de que esa bomba no fue otra cosa que un mero señuelo, utilizado para dirigir las investigaciones en la dirección incorrecta. Tras algunas informaciones aportadas por uno de los participantes en el blog de Libertad Digital dedicado al análisis de los hechos del 11-M, se solicitó a los lectores que aportaran teléfonos del tipo utilizado en la bomba de Vallecas, para poder comprobar con el instrumental adecuado el supuesto funcionamiento de ese teléfono como temporizador.
Normalmente, cuando se utiliza un móvil como iniciador en un artefacto explosivo, los terroristas realizan un montaje que, aunque no es excesivamente complejo, requiere que se añadan algunos componentes externos al teléfono. No vamos a indicar aquí los detalles, por razones obvias, pero sí que diremos que normalmente se añade un pila externa para que el teléfono pueda dar la suficiente corriente como para actuar de iniciador. Sin embargo, según los informes policiales incluidos en el sumario, en el teléfono de la bomba de Vallecas no se utilizó ni un solo componente externo, ni tampoco una pila, sino que se llevó a cabo un montaje muy simple, consistente en soldar un par de cables en paralelo con el vibrador del teléfono, de forma tal que la corriente fluyera a través del detonador en el momento de sonar la alarma despertador.
Para verificar el funcionamiento, hemos modificado uno de los teléfonos con el mismo tipo de montaje indicado en los informes policiales y hemos realizado pruebas de suministro de corriente, conectando diversas resistencias de la misma manera que se conectaría un detonador.
El procedimiento de prueba utilizado es el siguiente:
1. Una vez conectados dos cables en paralelo con el vibrador, se mide una resistencia con un polìmetro digital marca Fluke y se la conecta a los dos extremos de esos cables, con lo que queda en paralelo con el vibrador.
2. A continuación, con un osciloscopio digital marca Tektronix de 100 MHz de ancho de banda, se mide la carga de tensión en bornes de la resistencia. Inicialmente (cuando la alarma no está haciendo funcionar el vibrador), esa tensión de salida es igual a 0 V (lo que indica que no fluye corriente por la resistencia).
3. Se configura el osciloscopio en modo de disparo único (single-shot) con el fin de ver el comportamiento de esa tensión en el momento de funcionar la alarma.
4. Se hace funcionar la alarma y se comprueba la forma de onda de salida, para verificar tanto el transitorio de subida de la tensión, como el valor final de la misma. El motivo de visualizar los transitorios de subida es verificar si en los momentos iniciales de funcionamiento del vibrador existen sobreimpulsos que pudieran inducir corrientes de valor superior al de estado estacionario.
Esta prueba se repitió para diversos valores de resistencia, con el fin de obtener una idea del comportamiento del circuito que alimenta al vibrador. En todos los casos, el funcionamiento fue el mismo: al activarse la alarma, el circuito entrega a la resistencia un cierto valor de corriente, alcanzándose ese valor final de corriente en unas pocas decenas de microsegundos y sin que existan sobreimpulsos de ningún tipo. La tabla siguiente indica las medidas realizadas. En dicha tabla, la resistencia se expresa en ohmios, la tensión en voltios, el tiempo de subida en microsegundos y la corriente (obtenida dividiendo la tensión por la resistencia) en amperios.
Resistencia Tensión medida Tiempo de subida Sobreimpulsos? Corriente calculada
En vacío 1,38
3,4 1,26 31 NO 0,37
1,8 0,96 28 NO 0,53
1,3 0,68 20 NO 0,52
0,9 0,52 18 NO 0,58
0,5 0,28 10 NO 0,56
Lo que estas medidas revelan es lo siguiente:
La tensión en vacío (sin conectar ninguna resistencia) es de 1,38 V (muy por debajo de los casi 4V de la batería), lo que indica que el vibrador no se alimenta directamente de la batería; en consecuencia, es el circuito que regula el vibrador (y no la batería) el que dicta cuál es la corriente máxima que puede extraerse con este montaje.
Al conectar una resistencia de valor moderado (3,4 ohmios), se observa un ligera caída en la tensión suministrada y el circuito entrega una corriente (370 mA) que está en función de la resistencia.
Al disminuir la resistencia, el circuito alcanza un valor de saturación (valor máximo) que está en torno a los 550 mA. A partir de ahí, si se continúa disminuyendo la resistencia, la tensión entregada por el circuito cae, pero la corriente no aumenta. Para valores de entre 1,2 y 1,8 ohmios (que son los que corresponden al tipo de detonador usado en la bomba de Vallecas), la corriente es un poco inferior a las máxima, teniendo un valor de unos 530 mA. Para 0,5 ohmios, el circuito que alimenta al vibrador apenas entrega 280 mV de tensión, lo que es insuficiente incluso para que el vibrador suene.
En consecuencia, el valor máximo de corriente que un Trium puede entregar con este tipo de montaje es inferior a los 600 mA, menos de la mitad de lo que haría falta para garantizar la activación del tipo concreto de detonador utilizado en la bomba de Vallecas (que requiere 1,2 A). Para el tipo de detonador utilizado (detonador sensible de retardo), si la corriente está por debajo de 180 mA, se garantiza que el detonador NO puede explotar. Si la corriente está por encima de 1,2 A, se garantiza que el detonador SI explota. ¿Y qué sucede con los valores intermedios, entre 180 mA y 1,2 A? Pues que no está garantizado ni que explote, ni que deje de explotar: podría suceder cualquiera de las dos cosas, dependiendo de las circunstancias.
De hecho, el valor de corriente que hemos medido en las pruebas (en torno a 550 mA) es suficientemente elevado como para que en la mayoría de los casos el detonador pueda llegar a explotar (y de hecho así parece que sucedió en las pruebas realizadas por los Tedax), pero no tiene ningún sentido que un supuesto terrorista monte una bomba utilizando un mecanismo de iniciación que puede funcionar o no. Y todavía tiene menos sentido si tenemos en cuenta que el montaje necesario para poder garantizar esa corriente de 1,2 A que el detonador necesita es relativamente sencillo de concebir y de montar para cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de electrónica. De hecho, diversos grupos terroristas han utilizado esos otros tipos de montaje más complejos en el pasado. ¿Para qué iban a utilizar los terroristas del 11-M un tipo de montaje que puede fallar, pudiendo emplear un montaje a prueba de fallos con sólo un componente y una pila adicional?
En realidad, esto no viene sino a sumarse al hecho de que no tiene ningún sentido emplear un teléfono móvil en modo alarma como iniciador de una bomba. Cuando los grupos terroristas han usado teléfonos como iniciadores, ha sido para activar las bombas "por llamada" (es decir, como si los teléfonos fueran simples radiocomandos), y no "por alarma". Si lo que se quiere es detonar una bomba a una hora determinada, no tiene sentido emplear el teléfono, porque un simple temporizador es más barato, más seguro, más simple y no deja ningún rastro.
Pero el resultado más sorprendente de las pruebas es el relativo al funcionamiento del teléfono como despertador. Las pruebas realizadas demuestran dos cosas:
En primer lugar, que no era necesario liberar los teléfonos para poder usarlos como despertador. En consecuencia, dado que los supuestos teléfonos de las bombas no se usaron para hacer llamadas, sino sólo en modo despertador, ¿para qué querrían liberar los teléfonos en la tienda de Kalaji los supuestos terroristas? ¿Es que existía algún interés en que se usara una tarjeta específicamente de Amena durante las operaciones? ¿O es que no existió tal liberación de los móviles? De hecho, uno de los siete teléfonos supuestamente activados en Morata no consta en la lista de teléfonos liberados por Kalaji.
En segundo lugar, que no era necesario dejar la tarjeta telefónica dentro del teléfono para que la alarma sonara. Sí que es necesario usar una tarjeta telefónica para programar la alarma, pero, una vez programada, esa tarjeta puede extraerse sin ningún problema. En consecuencia, ¿por qué los supuestos terroristas dejaron en el teléfono esa tarjeta que tan providencialmente permitió detener a Jamal Zougham en plena jornada de reflexión?
Hemos repetido las pruebas de funcionamiento de la alarma con cinco teléfonos Trium T-110, para verificar estos extremos. En todos los casos, la prueba realizada fue la siguiente:
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1. Introducimos la tarjeta telefónica en el teléfono.
2. Colocamos la batería
3. Encendemos el teléfono, introducimos el PIN de la tarjeta y programamos la hora actual.
4. Programamos la hora de la alarma para 2 minutos después (pueden usarse otros valores).
5. Apagamos el teléfono.
6. Quitamos la batería.
7. Extraemos la tarjeta telefónica.
8. Volvemos a poner la batería inmediatamente y dejamos apagado el teléfono.
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En todos los casos, el teléfono conservó la hora programada (sólo pierde la hora si se deja la batería sin poner durante un periodo de tiempo prolongado) y la alarma funcionó perfectamente en el momento indicado.
Como resumen, la bomba de Vallecas tenía un teléfono con un montaje inadecuado para actuar como iniciador de una bomba, tenía dos cables sueltos (por lo que jamás hubiera podido explotar) y contenía una providencial pista (en forma de tarjeta telefónica) que era completamente innecesaria para el funcionamiento como iniciador. ¿Alguien duda a estas alturas de que estamos ante un mero señuelo?