Los amigos de Zapatero tienen grandes fortunas detrás que sostienen sus ruinosos negocios de comunicación
Quienes se empeñan en ver en José Luis Rodríguez Zapatero un personaje sencillo, una especie de zoquete sonriente, e insisten en ignorar la dimensión de su implicación en un extraño conglomerado de negocios como es el del Grupo Imagina, que controla ya la imagen del fútbol español, el baloncesto y la Fórmula 1, La Sexta, Público, Gol TV, que es el primer canal de la TDT de pago, hasta conseguir acabar con el dilatado período de protagonismo del Grupo Prisa, que antes de su llegada parecía tan eterno como el Reich de los mil años, seguirán pensando, como mucha gente en nuestro país, que nuestro presidente en un bienintencionado idealista que ampara su populismo fiscal en una ideología romántica, y que por eso reparte a manos llenas dinero público, como repartían trigo los hermanos Graco entre la plebe romana, mientras en realidad, este personaje bipolar, afianza su poder personal con golpes duros y osados, a veces no muy bien calculados, pero siempre implacables y violentos.
Hay que buscar mucho para encontrar datos un poco relevantes que nos informen sobre lo que pudo cohesionar el grupo que configura el núcleo de control del aparato de propaganda de Zapatero, que ha desbancado el clan de los Polanco y humillado a su edecán, Juan Luis Cebrián, formado por Jaime Roures y José María (Tacho) Benet, con José Miguel Contreras o Miguel Barroso, (marido de Carmen Chacón) si no es precisamente su vinculación, como equipo, a Zapatero y al PSC, el partido de los socialistas de Cataluña, que aupó al hoy presidente del gobierno a la secretaría general del PSOE, a cambio, lógicamente, de tener un servil ejecutor que en cuanto fue elevado a la primera magistratura electiva de la nación, lo primero que hizo fue reabrir el melón autonómico para dar vuelo a las aspiraciones nacionales del alma más catalanista de sus apoyos socialistas.
Parece increíble, que ahora que se vive en un llamativo estado de incertidumbre por los efectos desestabilizadores del Estatuto de Cataluña, ante la sentencia del Tribunal Constitucional, se olvide el apoyo cerrado de Zapatero y su equipo, y entre ellos José Blanco -que ahora gurguta no se sabe muy bien qué razones sobre la cuestión previa de inconstitucionalidad-, a la aprobación de esta norma, cuando Pasqual Maragall la sometió a referéndum de los catalanes en el año 2006.
Normal es, en realidad, el apoyo de Zapatero al modelo de Maragall, que se corresponde con el apoyo de Maragall a Zapatero en el XXXV Congreso del PSOE que le eligió como secretario general de los socialistas españoles en el año 2000, y ya en el 2003 el leonés respaldó desde Madrid el modelo de gobierno conocido como Tripartito, urdido con el secretario general de los socialistas catalanes, José Montilla, al que Zapatero se llevó a su primer gobierno como Ministro de Industria.
Roures que es director general de Imagina, empresa de control del conglomerado y Benet, consejero delegado de Mediapro, salieron de la nada, es decir, de la sección deportiva de TV3, la televisión pública catalana, mientras que Contreras, consejero delegado de La Sexta, y Barroso, el marido de la Chacón, proceden directamente del entorno político de Zapatero. Contreras, que es consejero delegado de La Sexta, y Barroso, que fue secretario de Estado de Comunicación, fueron socios, y ambos están con Zapatero desde antes de su asalto a La Moncloa. Alrededor de estos cuatro personajes se encuentran, como inversores, algunas de las mayores fortunas de España y el mundo, que no paran de “meter” dinero a fondo perdido en los “ruinosos” negocios de los amigos de Zapatero salidos de la nada más absoluta.
Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa y Univisión, que tiene de socio nada menos que a Bill Gates, es uno de los que no para de invertir dinero en ese pozo sin fondo, sin tener el control del grupo, algo heterodoxo e inexplicable en el mundo de los negocios, en el que la gente invierte para mandar. Ninguna gran fortuna del mundo, ni siquiera mediana, invierte dinero para que otro mande y se lucre por él. En esta relación entre Azcárraga y los amigos de Zapatero hay algo rarísimo. Si al menos fuera él solo, podría explicarse como una extravagancia de multimillonario, pero el caso es que lo mismo ocurre con Gala Capital, de Carlos Tejera y Jaime Bergel, que representan grandes fortunas familiares que también regalan dinero a los amigos del leonés. Igual que Juan Abelló, otro que tal baila. Si quieren ver la estructura completa de este conglomerado de apariencias insostenibles, lo tienen bastante bien dibujado en este artículo. Sólo en La Sexta llevan ochenta millones de euros inyectados en lo que va de año para evitar la quiebra.
Una vez analizado en una primera aproximación este conglomerado, resulta mucho más difícil que antes de conocerlo, seguir creyendo en el tierno Bambi. Cargarse un grupo de negocios como Prisa, y hacerlo con el apoyo de grandes fortunas, que no sólo no ganan, sino que pierden, dejando el control a un equipo de aventureros salidos de la nada, es en realidad el típico montaje de negocio político que entiende cualquiera a simple vista, porque habiendo montañas de dinero público por el medio, la cosa queda clarísima: ¡huele a cuerno quemado!
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