Gracias.
Es la única palabra que cabe en estos casos.
Cuando comencé la licenciatura, allá por el año 99, con el ya extinto plan del 53, jamás imaginé en lo que me estaba metiendo. Empecé cumpliendo los 33, con una hija de 4 y otra de 1, de las que me tenía que ocupar, sí o sí, por las tardes pues mi mujer trabajaba, y trabaja, con jornada partida. Fue duro y gratificante.
Conseguí terminar el primer ciclo (eso sonará raro a los que comiencen ahora el Grado), con el que llamábamos Plan Antiguo. Para eso tuvieron que colaborar muchas personas; sobre todo mi mujer, por aguantar mis nervios y asumir durante la época de exámenes parte de las responsabilidades domésticas que me correspondían; también tuvieron que cuidar de mis hijas mi suegra y alguna cuñada. A todas ellas mi agradecimiento y mi reconocimiento. Este logro en parte también es de ellas.
Tan duro fue para mi mujer y mis hijas ese primer ciclo, para el que necesité 5 años, que lo mejor que pude hacer fue tomar un par de años sabáticos. ¡Qué bien le hizo a la familia! Poder disfrutar de fines de semanas completos y de viajes y excursiones por todo el país para “recuperar el tiempo perdido” fue toda una experiencia. No sabéis cuánto me alegro de haber actuado así, sobre todo por mi mujer, a la que nunca podré agradecer todo lo que en estos años me ha ayudado y apoyado, con su aguante y su sacrificio.
Retornar a los estudios fue fácil y duro. Fácil porque tras un periodo de descanso parece que cuesta menos engancharse al estudio. Duro porque se cernían tres amenazas: el Plan Bolonia y sus ya conocidos “Grados” (en aquél momento una entelequia propia de quiromantes), la famosísima Ley 34/2006 y su vacatio legis de difícil justificación (salvo para que los estudiantes no protestaran por el margen dado para acabar la carrera), y unas oposiciones que me traían de cabeza.
Ahora la ayuda provenía de mis hijas. Ellas con su madurez, a pesar de su niñez, y con su forma de ser y actuar también me han ayudado sobre todo ese curso donde “por aligerar” pillé 5 anuales y 2 cuatrimestrales. ¡Vaya añito!, Para mí por lo duro y para ellas por lo aún más duro (menos mal que contábamos, ellas y yo, con el apoyo y la ayuda de mi mujer; sigo sin poder agradecer lo que ella ha hecho). Además como soy de los que no le gusta dejar nada para septiembre (únicamente en tres años he tenido 1 parcial que “recuperar” en esas fechas) pues la paliza era escandalosa. A toro pasado…, mereció la pena.
Y se llega al fin. Pasan nada más y nada menos que 11 años y un montón de historias. Como el fallecimiento de mi madre (a la que brindo el título, nadie en su familia ni en la de mi padre ha tenido un Titulado Superior hasta este momento) que apenas pudo ver que me matriculaba en Derecho y me decía: “¡Pero hijo, a estas alturas te metes en esos líos!”. Sí mamá, y no solo me meto sino que también salgo. Te quiero y sé que ahora disfrutas de este logro tanto como yo.
Conocer a mucha buena gente a través de la página de UNED-DERECHO. Que me ha ayudado y a la que espero poder servido de ayuda. Es una tremenda ayuda en una Universidad como ésta donde, como es mi caso, el contacto y la ayuda de la gente no puede establecerse de forma directa y personal. En UNED-DERECHO he obtenido la información y orientación que posiblemente no hubiera recibido en otro tipo de Universidades, de ahí que mi agradecimiento sea enorme. Quiero mencionar especialmente al que conocí como KELSEN y que en una quedada pude “admirar” como bailarina por su aprobado en unas oposiciones. Su ejemplo me ha servido de gran ayuda.
También quiero pedir disculpas. En alguna ocasión no he sido el más ejemplar de los participantes en su foro, ni mucho menos. A todo aquél que se haya podido sentir ofendido por mis comentarios o mis actitudes le ruego sepa disculparme. Esta web también ha servido para ofrecerme otros puntos de vista que desde luego son respetables, y me ha enseñado a valorarlos a pesar de no compartir sus postulados.
Acabo. Gracias sigue siendo la única palabra que expresa con precisión lo que siento. Gracias a la UNED me ha permitido cumplir un sueño (ello a pesar de sus deficiencias y carencias). Gracias a Uned-Derecho, es una herramienta valiosísima para los que decidimos emprender esta andadura. Gracias a mis jefes, pues me han apoyado en el esfuerzo. Gracias, a todos esos amigos que me han animado y que ahora no quieren más que celebrar el triunfo (los muy borrachos). Gracias a todas aquellas personas que con su ayuda han permitido que pudiera dedicarme a estudiar. Gracias a mis hijas, por firmarme las notas a pesar de que alguna vez (pocas eso sí) traía un cate. Y Gracias a mi mujer, que con tal de animarme me ha llegado a acompañar a ver partidos de rugby (mi gran deporte favorito) ante mi querida Scotland, pese a que (casi) siempre perdemos, que ha sabido soportar mi mal humor (solo pensad en lo que tardan en corregir), que ha sabido descargarme de mis obligaciones y poder darme más tiempo para estudiar, en definitiva por amarme como lo hace.
Y si algún consejo se me permite ofrecer a los que aún os queda (sea mucho o sea poco), permitidme que os diga que solo persiguiendo los sueños se consiguen realidades y, lo que es todavía mejor, se saborea el triunfo.
Saludos.