Pues yo estoy de acuerdo con lo comentado por los compañeros, ya más allá de lo legal, pues también existen unas noras mínimas cívicas y otras dictadas por el sentido común.....el más pequeñito de los can te puede montar un pollo de narices, puesto que un estado de estrés o nerviosismo, miedo etc se puede escapar y ocasionar un accidente.
Si se decide tener mascota es para cuidarla, tenerla atendida, cumplir las normas legales, cívicas y del sentido común (alimentación, limpieza, revisiones, seguros, vacunas, correa, bozal en su caso etc )
Y saliendo de lo jurídico y cívico me parece a mí que muchas veces hay agresividad del dueño que se transmite al perro, pero también es cierto que hay perros que a cierta edad por cuestiones genéticas o biológicas se vuelven locuelos, como si el sistema nervioso se descontrolara. Seguramente son perros que están genéticamente preparados para perseguir y matar en los regímenes dictatoriales, yo creo.