Los datos son los datos.
Josefita nos habla de un caso particular. Parece centrado en la construcción. Habría que reflexionar sobre qué Gobiernos alentaron la construcción. No ha sido precisamente el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Podéis decir lo que queráis, los de derechas, y, sin embargo, hay ciclos económicos mundiales, y nuestro país no es ajeno. Y basta ver los análisis económicos. Por ejemplo, el siguiente:
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Hay un 20% de paro, es cierto, y el 80% de la población activa trabaja. ¿Cuánta era la población activa en tiempos de Aznar, me pregunto?
Respuesta. Al final del primer trimestre de 2003, era el 54,93%; el paro, el 11,96%.
Ahora estamos en 60,11% y el 20,09%.
En números absolutos, la población activa ha pasado de 19.223.100 a 23.122.300.
Así que, si queréis defender al Gobierno del PP, por favor: a) indicad cuál era la tasa fiscal real al final de sus Gobiernos; b) cuál era el porcentaje sobre el PIB de la construcción y el turismo; d) cuál fue la subida de las pensiones mínimas al fin de su mandato, en relación con el incremento del IPC; d) cuál fue la subida del SMI, también en relación con el IPC.
Os llevaríais, tal vez, sorpresas. Si el % del PIB de la construcción y el turismo se elevaron jucho a lo largo de su mandato, entonces cabría concluir que no dirigieron el país por la senda económica adecuada.
También podríais echar un vistazo a las privatizaciones del Gobierno de Aznar. Al volumen de capital, quiero decir. Y lo comparáis con los del Gobierno anterior, y el actual.
En cuanto al Gobierno de Felipe González, es necesario tener en cuenta que se tuvo que enfrentar a la reconversión industrial. Y que el sector primario, de la agricultura, tenía excesiva importancia, impropia de un país moderno.
Los datos son los datos, repito.
¿Cuál es esa política económica de la derecha que dice que nos va a sacar de la crisis? Porque hasta el momento no la han expresado. ¿Reducir impuestos? (Pues vamos de cráneo, porque hay diversos Ayuntamientos y Comunidades Autónomas en estado crítico, casi de quiebra). ¿Incrementar la jornada laboral? ¿Reducir salarios? ¿Congelar las pensiones durante varios años?