Somos muchos los que realizamos un esfuerzo fuera de lo normal a unas edades, donde se supone, que deberian ser las de sentarse en el sofá, viajar y vivir la vida tranquilamente, pero por unas razones o por otras nos hemos decidido a seguir el camino del estudio y sacar una carrera (o intentarlo).
Yo como todos, tengo momentos muyyyy malos, muy duros, sobre todo cuando la vida te hace un giño y además del caos normal te envía problemas añadidos serios.
Pero no me planteo dejarlo. No sé cuanto tardaré, pero esto lo he comenzado y voy a terminarlo, esto no solo es una meta para mí, ¿que imagen le daría a mis propios hijos si cuando las cosas son duras se abandonan?
Yo siempre me he sentado con mis hijos y con mis hermanos para hacer los deberes (desde hace más de 30 años ya), no recuerdo ni una sola tarde que no sea hacer los deberes o estudiar, pero he de decir que debido a la dificultad de los estudios en los más mayores, hace unos años me costaba ayudarles y aunque me lo proponía y lo conseguía, me costaba leerme y aprender yo antes lo que luego tenía que explicarles.
Hoy en día, gracias a mis estudios en la universidad me he dado cuenta que es mucho más fácil ayudarles y aunque van creciendo yo lo voy haciendo también con mis estudios.
Este mes de Agosto me sentí muy orgullosa de haber entrado en la universidad por un pequeño detalle que me lleno de orgullo, mi marido no se implica mucho con los chicos porque siempre he sido yo la que lo hacía y porque él ha sido de esos hombre que tuvo que dejar el colegio con 10 años para ponerse a trabajar, el siempre ha tenido otras funciones, estábamos preparando, en la habitación que tenemos habilitada para los estudios, un poco de repaso para cuando comenzáramos el cole y mi hijo de 11 años me dijo que tenían ahora que hacer la raíz cuadrada, (yo no sabía hacerlas) y en la pizarra que tengo para los estudios hacíamos y deshacíamos (un desastre), llegó mi marido y se le ilumino la cara ¡eso si lo hacer yo!, estuvimos toda la tarde haciendo raíces cuadradas, toda la familia, riéndonos y haciéndolas cada vez más difíciles.
Con esto quiero decir, que el hacer esta carrea que durará sólo unos pocos años de nuestra vida haciendo sacrificios, nos está dando mucho más que una licenciatura o un grado…, nos está dando conocimientos y formas para llegar a desarrollar estos conocimientos.
Así que animo a todos a sonreír cuando estemos en esos momentos de café, libro y madrugada ó mesa con un montón de niños intentando estudiar nuestro amado penal.
Para mi es mucho más que una licenciatura, es un cambio en mi vida porque ha cambiado mi familia, a mi misma y me ha hecho encontrar gente como yo, en la universidad, en este gran foro donde nos asomamos asustados los primeros años y miramos de reojo a nuestros compañeros ya licenciados (que nos ayudan con infinita paciencia).
Un abrazo muy grande y gracias a todos. Carín.