Que es fruto de aquella incursión, aunque ciertamente ya tenía el vicio desde antes, y esa fue la causa de que se metiera primero y de que volviera, después.
A mí lo que me parece absolutamente inaceptable es el modelo:
Jueces del TC, a dedo.
CGPJ, que nombra jueces del TS, consejeros a dedo.
Fiscalía a dedo, y quieren quitar la acción popular.
Y luego, los jueces de ida y vuelta.
Lo primero, es una vergüenza, pero es fruto de la Constitución.
Lo segundo fue declarado vergonzosamente constitucional por el TC, que por cosas como éstas, hoy carece de toda credibilidad.
Lo tercero es una vergüenza constitucional, agravada por la jurisprudencia que dice que el Fiscal no puede cometer prevaricación por no ser juez y por no poder tomar resoluciones, lo que convierte a la Fiscalía de facto, en un poder público irresponsable. Lo de quitar la acción popular sería una vergüenza, porque consagraría de modo absoluto la impunidad de la prevaricación en una gran parte de los casos. Y además sería inconstitucional.
Y lo último, es claramente inconstitucional, si interpretamos razonablemente la Constitución. Pero se ve que para algunos, algunas garantías se extienden mucho más allá del límite tradicional de la duda razonable, de modo que para calificar a alguien de no independiente, a efectos de no nombrarlo, o de prevaricador a efectos de echarlo, tendrían que ir con una pancarta diciendo:"soy un prevaricador."
El resultado de esta exigencia ultragarantista, sería la impunidad, pues ningún prevaricador se graba en vídeo mientras prevarica, ni tampoco va con pancartas diciendo: "yo prevarico."