Tienes razón en que lo catastrófico y abusivo de un partido, ni siquiera el estar tanto tiempo en el poder, hace bueno lo que es un partido mediocre, que a la hora de la verdad, elige siempre el camino de lo injusto: eso lo aprendí de López, que es como Montilla pero más astuto.
La regeneración no son nunca caras nuevas, si a ello no se une un nuevo camino, un propósito de enmienda, una rectificación total, en el sentido de sustituir todo aquello que esté mal hecho. Mientras eso no suceda, abandonad toda esperanza.
En dos esquemas: lo bueno venga de donde venga y lo malo echarlo todo abajo y rechazarlo sin aspavientos, con naturalidad, pero cuando veo que es que no, pues no y se acabó. Así de sencillo.