Vamos a ver:
Las asociaciones de víctimas no son partidos políticos, su politización se reduce al hecho de que todo está politizado, en la medida en que, las actuaciones políticas inciden sobre ellos en un derecho fundamental que tienen todos los familiares de las víctimas: la tutela judicial efectiva. Hay tutela judicial efectiva, en sentido llano, cuando hay reparación y no la hay cuando se transige.
Entonces, si éste, o cualquier Gobierno hace política de reparación (y hablo de reparación penal, de pena condigna para los terroristas, etc.) muchas víctimas y muchos que no lo somos, lo apoyaremos. Pero si se hace una política de transacción, nos tendrán en pie de guerra.
Cuando ha sido Zapatero el que hace transacción con los terroristas, muchos ciudadanos se han sublevado y es justo que se hayan sublevado. Y lo mismo ha pasado ahora, cuando es el PP el que hace políticas de transacción. Y si además, se trata de un Gobierno que llega al poder mediante el terrorismo, que se dedica a encubrir el terrorismo, que hasta ayer negaba a la juez papeles sobre el 11-M, que colabora con la ETA en lo del Faisán, es lógico que eso dispare las iras de muchos ciudadanos.
Así que sí, la política nos politiza a todos: es lo típico de un intervencionismo tan desorbitado, pero eso no significa que las reivindicaciones de las víctimas, no estén fundamentadas en la pureza de unos principios sinceros y a mi juicio, justos, nobles y legítimos. Y si eso perjudica al PSOE, al PP o a quien sea, eso no debe detener a los que reivindiquen algo en lo que creen que es justo y pidan cuentas al PSOE, al PP o a quien sea por sus actos y por sus omisiones.