Lo primero, segundo, tercero y cuarto de Joaquín: estás completamente fuera de la realidad.
Quinto, añado: ponte las gafas de ver de cerca, porque el progreso consiste precisamente en que los errores no se repitan. Recuerdo la grima que me producían los artículos ultragarantistas de Gimbernat y proetarras de Javier Ortiz. Pero después las cosas cambiaron, la sociedad se volvió más pragmática, menos ideologizada, más con los pies en la tierra, etc. Y lo que antes era una herejía: ilegalizar el partido de ETA, llámese como se llame, hoy con las nuevas tecnologías, es prácticamente obligado. Es decir: uno podrá ser conservador, progresista, liberal, de todo un poco, etc. pero eso no quita para afirmar que una banda terrorista no tiene que estar en las elecciones. Eso, lo entiende cualquiera, lo otro, no lo entiende nadie: nadie iba a entender que lo que es evidente para todos que es ETA, y desde luego lo es, vaya a las elecciones. Y esta corriente de opinión es tan fuerte y tan lógica, que por mucho que los partidos vayan despistados, vayan con esas chorradas obsoletas, eso ya no cuela. Los partidos no pueden ir contra el espíritu de los tiempos, que además, en este caso, está en la letra de la ley. La coalición con un partido ilegalizado, debe ser también ilegalizada. De igual modo que si una asociación es una tapadera de narcotraficantes, a los que no estaban en el ajo no les pasa nada, pero la disolución de la asociación va por delante. Y en este caso, con más razón se ha ilegalizado bildu, pues era tal el clamor, era tan evidente el tufo batasuno que desprendían sus actos, que sus miembros no pueden alegar ignorancia: todos estaban claramente en el ajo.