No son conclusiones , sino casos reales que conozco: un vecino y su socio que tienen que disolver la pyme que tenían a pachas (se dedicaban a temas de construcción, cubiertas y fachadas), al menos tenían todos los papeleos en regla, y pueden cobrar una prestación tras disolver la sociedad, que ya empezaba a entrar peligrosamente en números rojos. A mi vecino sólo le ofrecen ñapas sin contrato y por menos de lo que actualmente cobra por desempleo, así que se dedica a las tareas domésticas y a cuidar del niño, mientras la esposa mantiene los pagos con su sueldo de funcionaria.
Otro amiguete, asalariado en empresa de servicios contratista, entre otros, con el ayuntamiento ( qué cruz, señor!) con sueldo de 1000 euros (como tantos ) pero que gracias a las horas extra se levantaba los 1.500, muy ricos para pagarse en solitario su hipoteca de 600 euros. De la noche a la mañana, se acaban las horas extra ( y aquí no hay reclamación ni Estatuto que valga), se congela el sueldo y da gracias que todavía la contrata se mantiene y hasta cobran puntualmente a fin de mes (no como les pasa a otros, en las limpiezas, por ejemplo). Gracias a la ayuda paterna puede estirar un poco los 400 euros que le quedan para pasar sin apuros el fin de mes.
Bienaventurados aquellos que puedan abanicarse y hacer como que trabajan, aunque te lo curres muy duro, te puede dar igual; no hay nada en esta vida como ponerse en el lugar del otro (del otro indefenso me refiero) para dar gracias por lo que uno tiene.