No voy a perder a perder mucho más tiempo de lo que me lleve este post en contradecir improperios ajenos, limitándome a indicar que mucho antes de que vosotros ni siquiera podiáis imaginar ni supieráis absolutamente nada, no podiáis saber nada de cambios de planes de estudio, del Plan Bolonia, ni de la Nueva Ley para el Ejercicio de la Abogacía etc, pues resulta que un servidor ya hizo lo que tenía que hacer en su momento, tanto de forma pública, como en el ámbito académico, como en lo privado y en lo forero. Ahí quedan todas y cada una de las críticas en foro Plan 1953, foro Plan 2000, hilos abiertos por mí que criticaban los planes de estudio etc; lo que haya hecho o no en lo privado desde luego que no podéis saberlo, ni lo sabréis. Ahí queda mi ayuda INCONDICIONAL a muchos compañeros míos de mi Plan de Estudios de 1953 y compañeros vuestros de vuestro Plan, que nada me reporta salvo el aprender con vosotros, mi tiempo y que se ensañen conmigo. En su día me desviví por salvar la extinción de mi Plan, y no lo hice sólo, lo hice con mis compañeros. Siempre critiqué esta ley y estos planes de estudio, sencillamente porque lo entendí de justicia y, dicho sea de paso, en defensa propia como antiguo estudiante de Derecho. A mí los aplausos ajenos me traen sin cuidado, menos en una materia que afecta muy directamente a derechos fundamentales y al ejercicio de una profesión que tanto respeto me merece, como es la abogacía.
Esta la ley no es justa, no por aplausos, sencillamente por discriminación, por incoherente, porque imputa e invierte la carga del débito: el que debe no es el estudiante que finaliza, el que debe es el Esado y la clase política, que haces Planes lamentables y luego exige un PLUS a los licenciados y graduados.
Un saludo.