Yo me pongo en la piel de ese anciano...
No sé cómo explicarlo: toda una vida dedicada a los libros, un trabajo agotador, una salud algo delicada, etc. Y de pronto se encuentra con que por sostener cosas como que la carnicería de Franco no fue ni de lejos la de Pol Pot, en todos los medios le llaman de todo, setenta cafres piden que se quemen unos libros en los que ha trabajado décadas, sin que nadie lo defienda de esos bárbaros, con que prácticamente todo el mundo pretende saber más de lo que él escribe que él mismo, con que su país le odia por culpa de un gobierno de zoquetes, a pesar de que él ha dedicado su vida a ilustrarnos lo mejor que ha podido...
¡Debe ser tremendamente duro!