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Login“Hemos” permitido en España un precedente peligroso, por mucho que pueda haber creado simpatías o no (en mi caso ninguna simpatía) lo del movimiento 15M.
Ayer se amedrentó de forma absolutamente inadmisible en un país como este en el que vivimos al Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, por prohibir a petición de la Asociación de Vecinos de Chueca, los conciertos (hasta altas horas de la noche) durante las celebraciones del Orgullo Gay. Esta actitud no debiera hacer que nadie se sintiera orgulloso de nada.
Estos conciertos son masivos, están repletos de gente, y al aire libre hasta altísimas horas de la madrugada. Suelen sumarse además gente conocida a nivel internacional, con lo que son conciertos únicos, ciertamente. La gente va a Madrid no solamente desde otros puntos de España, sino de toda Europa e incluso de otros continentes. Es la mayor fiesta gay, me atrevería a decir, del planeta. Y eso sí es un orgullo, para todos.
Sin entrar en que los nuevos “indignados”, Kalle Borroka, como llamé en su momento a los del 15M y sigo pensando que lo son, no acepten lo que quiere la mayor parte de los vecinos de Chueca (en su mayor parte ancianos y gays, i.e, que muchos gays son los que piden que no se hagan esos conciertos al menos de tal forma como venían realizándose) de que se respete su descanso, entre otras cosas… quisiera poner el punto de atención sobre si ahora en grupos de 500 personas podemos saltarnos las normas de convivencia, y si es necesario, en una sociedad que ya no es la de antaño y ni si quiera la de hace 10 (DIEZ) años, un día del Orgullo Gay.
Chueca debe sentirse orgulloso como barrio de ser la mayor fiesta Gay del planeta, porque ni Londres ni si quiera San Francisco la superan. Pero en este caso, superados otros tiempos que hoy nadie comprende, debemos sentirnos orgullosos solamente de que se respeten los derechos de todos y los que se ejerzan sea limitados por el límite de los otros.
Saludos.
