Imbéciles, más que imbéciles. No hay nada más estúpido que apoyar al que te pega.
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LoginCayo Lara, los nacionalistas, Gallardón, etc.
Todos apoyan a los analfabetos batasunos. ¿He dicho imbéciles?
Pues tal vez no lo sean tanto: tal vez sea que no se creen el papel de apelar a la legalidad a la cordura y al raciocinio, porque ellos han sido los primeros que han quebrantado violenta y groseramente la ley, que se han enrocado en el sectarismo y la demencia, que han pisoteado la razón una vez tras otra.
No apoyo en modo alguno a los indignados, pero en cuanto a los políticos, que no esperen que derrame una sóla lágrima por ellos.
1. Que desanden primero el camino indebidamente recorrido de la Constitución, los Estatutos, el Estado de las Autonomías y la dedocracia judicial.
2. Que ilegalicen después a los terroristas que ellos han legalizado, que dejen de dar dinero público a los etarras, que dejen de permitir a los terroristas que accedan a los datos personales de sus futuras víctimas.
3. Que paguen a los empresarios los miles de millones de euros que les deben, que vendan de una puta vez todas las televisiones públicas, que quiten sus sucias manos de las cajas de ahorros, que emancipen a los sindicatos del presupuesto o a los contribuyentes de los sindicatos.
4. Que quiten sus sucias manos de la Fiscalía.
Y entonces y sólo entonces, les podré mirar con un poco más de comprensión y solidarizarme con ellos. Mientras tanto son tan impresentables como los indignados, como los concejales etarras que ellos han permitido que llenen de vergüenza y oprobio España, o mejor dicho: lo que queda de España. Los indignados son sus criaturas: con su ejemplo, con su corrupción, con su deslealtad, con su traición a España y con su colaboración con el terrorismo, les han enseñado que es rentable vivir fuera de la ley, les han enseñado que el camino más rápido para conseguir sus objetivos es violentar las leyes mediante el gansterismo callejero. Leyes por otra parte, injustas, leyes infames, leyes hechas a propósito para jorobar a la ciudadanía, leyes que ellos aprueban y son los primeros en incumplir, por la obvia razón de que los que las hacen no creen en ellas. De hecho los políticos son los primeros en no creerse ni lo que hacen, ni lo que dicen, ni lo que dictan a los catedráticos para que lo pongan en los manuales de derecho, ni lo que dictan a sus comisarios pseudojudiciales, para que lo pongan en una pantomima a la que hacen llamar "sentencia".
Por eso dijo De Gaulle: "los políticos, como no se creen nada de lo que dicen, se asombran cuando alguien se lo cree." Yo que no soy político, me asombro todavía más de que haya alguien que se crea lo de los manuales.
Liberté Egalité Fraternité!