Me armaré nuevamente de paciencia:
Los moros, repito, eran invasores, y ocupantes de un pueblo que era romano y cristiano antes de ser invadido y volvió a serlo, cuando derrotó a los invasores. Reconquista = refundación. No entiendo qué discusión puede tener esto, cuando los propios reconquistadores sabían lo que hacían desde el primer momento. Los textos, repito: los textos. San Isidoro, Alfonso III, etc.
Pero es que aparte, ignoras la importancia que tuvo la romanización y cristianización de los antaño vencedores bárbaros. Proceso que se dio en toda Europa y también en España. El resultado fue que, tras la conversión de Recaredo, dejó de haber dos pueblos, los visigodos abandonaron su religión arriana y su habla, para pasar a hablar en latín y abrazar la fe cristiana. Eso tuvo en su época un carácter constituyente: España nace de ahí y los reinos no son sino una solución temporal no querida, sino impuesta por la ocupación. En España, querido, y yo lo tengo probado, la cultura clásica, la tercera romanización, no entró de la mano de los musulmanes, como suele decirse, sino de San Isidoro de Sevilla. El mismo que se refería a España, como portadora de luz.
Y digo la tercera romanización, porque la primera, es la que todos conocemos, que vino tras la conquista, la segunda (más política que otra cosa) vino con Recaredo y el concilio de Toledo. El concilio de Toledo fue, en cierto modo nefasto, porque declaró anatema prácticamente todo, pero eso es otro tema, porque políticamente obtuvo logros nada desdeñables, como esa unificación de la que he hablado. Dice el refrán que Dios escribe recto con los renglones torcidos, pues bien: esa especie de prevaricación (no en el sentido jurídico, sino en el sentido etimológico de la palabra), se terminaría notando, pues la persecución contra los judíos motivó que éstos, un siglo y pico más tarde, se pusieran del lado del invasor musulmán, al que vieron lógicamente como salvador. Pero esto como digo, es otro tema. Sólo señalo que la unificacion de España con sus aciertos, sus errores, sus grandezas, sus chapuzas y sus crímenes, se produce con Recaredo.
Y como iba diciendo, la tercera romanización no era otra cosa que, la inmersión cultural y religiosa del pueblo invasor, en lo que era la cultura romana y cristiana. Esto como ya digo, llegó de la mano de San Isidoro de Sevilla, el cual recogió en sus etimologías la ciencia, las costumbres, medicina, etc. que habían dado Grecia y Roma a la humanidad.
Que todo esto no sea recogiddo por bastantes historiadores, es algo que no puede dejar de sorprenderme, porque en algunos casos yo los tenía por personas bastante diligentes. Por eso me jode una barbarridad tener que decir que, el soso, anodino y auténtico impresentable que es César Vidal, es el único que recopila todos los textos y ofrece al final de sus obras "España contra el Islam" y "La Ciudad del Azahar", una buena, una magnífica y una excelente selección de textos, que sorprendentemente historiadores prestigiosos omiten y no digamos ya si se trata de Historiadores jurídicos. TEXTOS.
España es en resumen, el pueblo conquistado por Roma, romanizado por sus conquistadores y posteriormente también, cristianizado. Invadido, pero no así barbarizado por los godos. El pueblo que romanizó y cristianizó a los invasores, que se descompone políticamente en las luchas intestinas, que invadido por los musulmanes, lucha por volver a ser romano y cristiano, aunque lo más inmediato era la supervivencia: por ello adopta como solución provisional, la de los reinos. (Como contra Francia, la guerrilla). El pueblo que sobrevive primero, y vence después a la invasión musulmana por medio de la Reconquista. El pueblo que ni en sus momentos más dramáticos, con las aceifas islámicas, olvida de dónde viene y cuál es el objetivo final de la lucha.
He puesto en fin, los ejemplos de Recaredo, de Alfonso III, de San Isidoro, etc. Añadiré otros:
1. Batalla de Navas de Tolosa: una empresa no de una coalición de reinos, como erróneamente dan a entender algunos, sino una empresa española. Sancho III
2. Sancho III no sólo se proclamó rey de España, sino que además, en el decreto de restauración de la Catedral de Pamplona hacía referencia a "nuestra patria, España", como aquello que perdieron sus "predecesores, Rodrigo y Witiza".