Vamos a ver: la visita se ha financiado por los peregrinos, en su mayor parte, y por empresas que actúan como patrocinadores privados, entre ellas el Grupo Prisa, por si no lo sabéis (El Corte Inglés, Grupo Prisa, Banco Santander, Iberia, Movistar, Coca-Cola...)
No hay inversión pública, a no ser en seguridad, pero hasta eso se recupera con el gasto de los jóvenes en Madrid.
La JMJ sólo ha arrojado beneficios. Ahí están los números.
Se calcula que, sólo en Impuestos sobre el Valor Añadido (IVA), este evento aportaa a las arcas públicas 60 millones de euros. A esto hemos de añadir los más de 6 millones de beneficios que obtendrá el sector de la hostelería y el pequeño comercio de la capital. Y todo esto en agosto, un mes nefasto económicamente para cualquier ciudad de interior.
En cambio, casi cualquier acontecimiento que tiene lugar en la calle, arroja pérdidas.
Opino que el rechazo que genera la JMJ nos retrata como un país de paletos y bastante cutre.