Se suman las cloacas de la guerra sucia de la época de Felipe González, con la vuelta al radicalismo leninista de la época de Zapatero y da como resultado un personaje siniestro, turbio, mafioso, gansteril.
Añádase a eso el lado ya de por sí, turbio, de la política.
Lo que no entiendo es con qué fundamento puede opinar Palangana de un personaje de quien no tiene ni la más repajolera idea de quién es. En base a qué va a poder decir si es idóneo o no es idóneo, depende de para qué y de para quién. De momento ha dejado hacer a los indignados, que gracias a ese dejar hacer deliberado, han herido a 40 policías. Y en la última del prostitucional legalizando a la ETA, no hay la menor duda de que éstos han seguido las órdenes de Rubalcaba. Pascual Sala era el hombre de Rubalcaba: lo fue cuando le ayudó a que no llegaran en un primer momento a los jueces los papeles del GAL, y lo sigue siendo ahora. Rubalcaba era el Ministro que quería la ETA, según las actas incautadas. Y es el Presidente que quiere la ETA, con mayor razón.
En cuanto a sus relaciones con elementos turbios del felipismo y del GAL, fue el único superviviente del felipismo en el Ejecutivo de Zapatero y, por tanto, el único idóneo para poner a la banda del GAL al servicio del nuevo PSOE, tal y como se sospecha con fundamento que sucedió en los casos 11-M y Faisán, en los cuales está demostrado no sólo un chocante compadreo con los jueces como Garzón, Bermúdez, etc. sino que compró sus favores mediante condecoraciones y medallas pensionadas. Y esto no lo dice ni el Mundo, ni Intereconomía, sino el anodino y prosaico BOE.
¿Pero qué sabe de todo esto el amigo Palangana y por tanto, con qué fundamento va a opinar de Rubalcaba?