1. República presidencial centralista al estilo francés: fuera Autonomías y fuera el Rey.
2. Hablo también de las organizaciones empresariales y digo, que deben ser todos asociaciones, no tentáculos del sector público: como asociaciones deben tener fuerza e influencia, pero no así convertirse en colegisladores. Están para moderar el abuso de poder, no para abusar ellos de su poder. Deben ser fuerzas de la ciudadanía para controlar al poder, no viceversa. Independencia, fortaleza e influencia.
3. Contra ETA:
I Cadena perpetua.
II Ilegalización de todo partido o asociación de la ETA.
III Independencia judicial real y efectiva, porque ETA tiene un comando que se llama comando judicattura y mientras eso exista, no hay posibilidad de una lucha antiterrorista eficaz al 100%.
IV Esclarecimiento de episodios oscuros como 11-M, Faisán y todo eso.
Debe morir lo viejo, para que veamos renacer la esperanza, para que España pueda prosperar, para que nosotros, Joaquín podamos prosperar y vivir mejor: regeneración económica, regeneración política y regeneración institucional. Vamos 70 años por delante de toda esta basura de Rey, Autonomías, Constitución, televisiones públicas, jueces digitales: eso no nos deja prosperar, no nos deja avanzar, nos perjudica, y aunque no lo creas, te perjudica a ti...
¡No lo defendamos! ¡No defendamos algo que en nada nos beneficia y que es a todas luces, inútil! Hoy he visto El País: es un diario obsoleto, que habla como si todo este cáncer político e institucional no nos afectara: no les afecta a ellos.
Con todo este cúmulo de despropósitos nació el Diario El País, a ellos se aferra: oculta todas y cada una de las incongruencias, se quedaron colgados en el 77 y ahora son como una televisión en blanco y negro. Desgraciadamente tanto PSOE, como PP, viven también en blanco y negro. El Mundo también se ha quedado completamente anticuado y obsoleto: no tanto, pero casi. Izquierda, derecha: todo eso también ha quedado completamente obsoleto, pasado de moda, como aquella canción de Enrique y Ana, inútil, inviable. Las nuevas ideologías deberán analizar las cosas desde posiciones prácticas, flexibles, eclécticas, adaptadas a la situación actual, no como si estuviéramos todavía en 1977, viendo caso por caso lo que hay que hacer: no a piñón fijo. Éste es el asunto: que el debate que está en la calle, no está en los partidos, ni en los medios de comunicación.