Bueno, ante el declive económico y posiblemente de la izquierda (según encuestas), parece que la derecha se movilizó, se unió más que nunca mientras la izquierda se dividió y bajó su participación.
Yo la verdad es que estoy vivo de milagro después del susto que me he llevado esta mañana. Subo del garaje, se abre el ascensor y me veo a una anciana con el pelo grisaceo por las canas y con moño, con una mirada enfadada (más que enfadada, de "estás muerto, muchacho"), y los ojos que parecían salirse disparados de los orificios óseos. Casi en estado vegetal, sentada en una silla de ruedas tapada con una manta hasta el cuello, y acompañada por dos vecinos de derechas (su hijo y su nuera), dispuestos a empujarle hacia el ascensor para llevarle a votar. Joder, yo es que no sabía ni que vivía esa mujer en el edificio...
Eh ahí la movilización de la derecha. Cádaveres vivientes (con todos los respetos), en masa hacia las mesas electorales, en sus sillas empujadas por sus queridísimos hijos, esos que hoy los pasean y ya no los pasearán más, porque para eso está la "chacha" ecuatoriana que trabaja sin contrato por 300 euros al mes.
Les ha faltado sacarles del hospital en ambulancia con el gotero puesto...
Y es que, señoras y señores, a eso se le llama movilización del electorado de derechas, aunque no anden y su voluntad esté mermada para emitir líbremente su voto...
QUÉ VERGÜENZA...