Puedo decir, porque vivo en una comunidad infectada por el nacionalismo, que eel nacionalismo no sería nada sin el terrorismo, sin sus milicias vandálicas, sin las subvenciones y sin los soldados que se juntan en las Instituciones que son de todos y que ellos utilizan para favorecer injusta y sistemáticamente a la Comunidad no hispanoparlante, que por el contrario no recibe ningún amparo de las Instituciones, con algunas excepciones del poder judicial, cuyas sentencias contrarias a los abusos de los nacionalistas hispanófobos son sistemáticamente incumplidas.
Voy a resumirlo en unas pocas verdades:
1. Donde hay nacionalismo hay terrorismo, sea éste duro, blando, de arma blanca o de arme de fuego: lo hay y es un hecho incontestable.
2. Los grupos vandálicos, las milicias mafiosas nacionalistas no existen, existe un sector público que los subvenciona y una mafia policial (del triángulo del GAL, Faisán y 11-M) que deja que existan y que los deja organizarse. Asimismo, hay unos servicios secretos que controlan en todo momento esos grupúsculos, pero que no actúan contra ellos porque políticamente no interesa.
3. Las redes de apoyo de estas bandas son fundamentalmente los paniaguados funcionarios nacionalistas, los sindicatos nacionalistas y un profesorado copado íntegramente por sicarios del nacionalismo hispanófobo. (Entiéndase comisarios políticos).
4. Y mientras funcionen esas redes, habrá terrorismo, hispanofobia institucionalizada que es una forma de terrorismo y discriminaciones odiosas hacia los castellanoparlantes. ESTA ES LA CRUDA REALIDAD.
El nacionalismo, la hispanofobia es lo que da sentido a este tipo de terrorismo y el terrorismo es parte fundamental de este rol hispanófobo. Quien lo quiera entender, bien. Y quien no, pues allá él.