No sé no sé, tienes una forma de escribir tan violenta y desordenada que realmente es difícil entenderte. Que haya unos servicios públicos de calidad es un gran logro social, y para que eso sea posible, los responsables de materializar las prestaciones a los ciudadanos, o sea, los funcionarios, tienen que estar bien considerados y bien remunerados.
No defender a los funcionarios es no defender ni la escuela pública ni la sanidad pública. Todo lo demás que quieras añadir me parecerá muy bien, pero no son más que jaculatorias vacías y sin sentido. Además, piénsalo un poco, si se atacan los derechos de los funcionarios (símbolo de la seguridad laboral) sin que nadie lo critique, ¿qué no se atreverán a hacer con los trabajadores que no gozan de esa condición?
Pero bueno, la estrategia seguida no es nueva, se incentiva una nueva fractura social (un cleavage, en terminología politológica) entre funcionarios y no funcionarios, se rompe el sentimiento de solidaridad entre los trabajadores, y posteriormente, como por arte de magia, emerge la legitimidad social necesaria para acometer cuantas injusticias sean necesarias.
Tu forma de concebir este tema no es en cualquier caso demasiado original; tienes en ocasiones un discurso postmoderno un tanto apolillado, pero a la hora de la verdad te adscribes a la tendencia mayoritaria, sin olerte siquiera la manipulación de la que has sido víctima.
Sigo pensando en lo superficial y generalizador de cuantas intervenciones haces. En cuanto a la escuela pública personalmente te digo que no me gusta y según estadísticas los niños no salen formados, abandonan las escuelas...y no me parece justo echarles toda la culpa a los políticos ¡HOMBRE! ¿no se puede hacer un poquito de autocrítica? ¿no puede ser que el fracaso escolar se deba que los señores funcionarios docentes y directores de escuelas públicas no saben transmitir y motivar a los alumnos?, es más fácil echarles la culpa a los políticos, a los alumnos que quieren poner ladrillos para ganar dinero y a los padres,¡venga ya hombre!..
En cuanto a la sanidad pública personalmente no he tenido que asistir muchas veces pero cuando he ido o he salido cabreado o he tenido que colocar una queja; ej, hace dos años voy al generalista muy resfriado con fiebre y bastante jodido interiormente, después de oscultarme y mirarme garganta y oído me dice que es un catarro y una jarabito y a casa, mi mujer para mí mi además mi ángel de la guarda me dice que no se fía que vayamos a uno privado, vamos, me hace radiografía y tenía una neumonía que con dos días más en vez de derecho hubiese estudiado música celestial. Ahora bien reconozco que estadísticamente la valoración del ciudadano es buena.
Creo personalmente aunque puedo estar equivocado, que dicha percepción es en cuanto a patologías graves, que necesiten intervención u otras terapias importantes, pero en cuanto a medicina primaria y urgencias dudo mucho que la percepción sea tan buena, pues cometen muchos errores dichos funcionarios, amén de hace algunos años que los médicos se dedicaban a recetar y ni te miraban.
Hay otros sectores funcionariales que pienso funcionan muy bien excepto casos concretos que puedan darse, ej. policía, defensa...
Quiero decir que el sistema que no funciona para mí, es el momento adecuado de cambiarlo, los funcionarios que no sirvan deberían buscarse las habichuelas en otras ramas, y dejar paso a las personas que valgan para transmitir conocimientos, motivar a los alumnos para quedarse en la escuela y admirar a sus profesores y directores, en fin PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN. Que hacen bastante falta en esta España nuestra.
Os puedo asegurar que aquéllos que son verdaderos servidores públicos aunque no sean funcionarios están bien considerados por sus conciudadanos y no les hace falta estar bien remunerados.
Eso de la fractura entre funcionarios y no funcionarios es de lo más original que he leído, no sé en que país deduces semejante fractura porque en España hay muchas fracturas pero ésta es la que me ha parecido más subrrealista de todas.
Saludos y a pedir a Rajoy que convoquen de una vez oferta pública para los Reyes Magos que ya está bien de los dedazos.
