Un juicio con todas las garantías legales y manifestaciones del derecho de defensa. Que el Juez de Instrucción haga lo procedente conforme a ley y no más allá, otro tanto de legalidad respecto órgano juzgador-decisor, idem con respecto al Ministerio Fiscal, tres cuartos de lo mismo en lo que hace a actuaciones policiales, veracidad de los testigos, periciales de personas cualificadas y competentes legalmente, atestados ciertos, documentos ciertos, que la pena o medida de seguridad sea la prevista en el OJ y no más allá, contradicción etc etc
Esa es a la ética y moral que yo atiendo: el principio de legalidad y el derecho fundamental de defensa.
El que no pueda, el que no sepa, el que le pille grande, el penalista que se vaya a casa pensando que es un violador por defender a un violador, o que es un asesino por defender a un asesino...debe dejar esta rama de derecho; mejor, si no la empieza, puesto que flaco favor hará al Estado de Derecho y al justiciable. El abogado penalista por defender en estos casos, como ya he indicado en otras ocasiones, ni siquiera defiende la inocencia si ésta posibilidad no es defendible, sino que se nos presenta como el único garante y velador, como testigo, del cumplimiento de la legalidad procesal y de unas garantías, que, en el mismo momento que son vulneradas, afecta a todos y cada unos de los ciudadanos dentro de un Estado de Derecho...éste deja der tal para pasar a ser un Estado justiciero e inquisitivo, en definitiva, un Estado policial. Cuando un penalista defiende en estos casos, nos está defendiendo a todos.
Un saludo.