Desgraciadamente, por todas las corruptelas que vienen aflorando estos últimos años, vivimos en un país en el que no existe control efectivo sobre los responsables políticos.
Aquí, despilfarran, se apropian- con artimañas, engaños- del dinero que nos sacan con los impuestos,...y nadie , o casi nadie es sancionado, ni por supuesto, devuelven lo ilegítimamente apropiado. Desde el concejal o el alcalde de pueblo que exige el pago de comisiones bajo cuerda a la empresa a la que le concede determinado contrato,...hasta los abusos de "más altos vuelos" cuando se autoconceden subvenciones directas mediante empresas interpuestas al efecto o testaferros.
Es indignante. Y cuando han despilfarrado y se han apropiado de todo lo apropiable hasta el infinito,...y las cuentas no les salen,...la solución es la de siempre, vaciarnos más los bolsillos: subir los impuestos directos (que los pagan en su mayor parte los asalariados/la vapuleada clase media), indirectos (que los pagamos todos independientemente de nuestra renta),reducir o congelar el sueldo de los funcionarios, pensionistas, subir los precios de los productos y servicios básicos...lo más fácil y lo más injusto, en lugar de reducir sus "megasueldos, megadietas, megafondos de reptiles",...etc.,..y encima presumen de ello.
Por otro lado, sorprende la pasividad de la sociedad civil ante este panorama.
Si el Estado , con las normas vigentes, no puede controlar efectivamente el comportamiento de los responsables políticos e impedir que todas esas corruptelas se produzcan sin castigo y sin reembolso de lo "distraído" , la impresión que queda al final es la de vivir en un país corrupto hasta la médula.
"Que no nos pase ná".
Saludos.