A lo largo de esta legislatura, se escucharán más críticas demagógicas y de mala fe, procedentes del Antiguo Régimen, como se ha visto por ejemplo con el caso Garzón.
Se dirá sin ir más lejos, que la Fiscalía está politizada ahora por el PP, se dirá lo mismo del Constitucional.
Pues bien: si hay alguien que no tiene legitimidad moral y política para criticar esto, son los dirigentes del Antiguo Régimen y sus fanáticos seguidores. El CGPJ se va a despolitizar, no así la Fiscalía y el TC, pero conviene recordar por qué: para emprender esa reforma necesaria, se necesitan 210 diputados. Y si bien, la victoria de los reformistas sobre los inmovilistas ha sido aplastante, con todo y con eso, los reformistas tienen 192 diputados y los inmovilistas tienen una minoría de bloqueo. Es repugnante, pero es así.
Por ello, siempre que un seguidor del Antiguo Régimen, votante del inmovilismo más retrógrado, esperpéntico y arcaico que quepa imaginar, me diga que el TC está politizado o que la Fiscalía está politizada, tendré que recordarle lo que votó: inmovilismo retrógrado, arcaico y esperpéntico. Tendré que decirle que son los dirigentes de ese inmovilismo retrógrado, esperpéntico y arcaico a los que votó, los culpables de que haya una situación de bloqueo que impida la tan imprescindible, urgente e inaplazable reforma de la Constitución.
