Ésta es una de las grandes preguntas que no deberíamos hacernos, y que nos hacemos y que incluso, procede hacerse. Esta pregunta en una democracia liberal como Dios manda, sería ociosa. Por tanto la respuesta no es ni que sí, ni que no, la respuesta es que debería estar prohibido que los gobiernos condecoren a jueces con medallas pensionadas, de sobresueldo de un 10%. Tales medallas en principio son legales, pero uno ve cómo Bermúdez ha favorecido objetivamente con su actuación en el caso Faisán y no puede dejar de imaginarse lo del cuarto oscuro.