Lo importante es España.
Y porque lo importante es España, para que remontemos el vuelo, no podemos tener plomo en las alas. Y ese plomo son unos sindicatos presumiblemente corruptos, escuderos de un juez corrupto, pagados por unos políticos probablemente corruptos, con el dinero de los contribuyentes.
Y mientras no se nos quite ese plomo de las alas, que es la sobredimensión del sector público, las autonomías, etc. todo lo que haga el Gobierno será en vano. La experiencia demuestra que es posible el pleno empleo y con total dignidad de los trabajadores, y protegiendo también los legítimos derechos de los empresarios, con un sector público infinitamente más reducido. Con menos impuestos y más prosperidad. La experiencia demuestra en fin, que liberalizar es cosa distinta de precarizar, como reclaman los falsos liberales que como los socialistas, lo que quieren es que los españoles seamos cualquier cosa menos justamente lo único que queremos ser: ESPAÑOLES.
Y como esas políticas son posibles en un sistema democrático, y no tienen porque ir acompañadas ni de represión política, ni de sindicatos verticales de antaño, ni de sindicatos politizados y escuderos de la delincuencia, como los actuales, pues es por eso por lo que reclamo esas políticas laborales, con las correcciones debidas de un sistema democrático, pero con las mismas líneas básicas.
1. El trabajo como un derecho y un deber, básicamente intocable e irrenunciable.
2. Salarios adaptados a la dignidad de la persona y a las posibilidades empresariales.
3. Sindicatos netamente profesionales, no politizados, ni escuderos de la corrupción judicial.
4. Derecho a la huelga que no ampara ni el sabotaje, ni el matonismo de los piquetes.
Porque la solución al problema de la economía y el paro, pasa por acabar con esa sobredimensión del sector público, fuente frecuente de corrupción y amiguismo. Yo insisto en la obvia incongruencia de manifestarse contra un sistema en efecto, involucionista, precarizador y corrupto y al mismo tiempo, beneficiarse del mismo.
Mi elección no es, como nos han vendido entre los escuderos de la delincuencia y los que pagan a los escuderos de la delincuencia. NI UNOS, NI OTROS. Así de sencillo.