¡¡Brillante victoria!! Como las de César, las de Lenin o las de Carrillo, Largo Cabellero, Companys y Franco: destrozando el país para que ganase su facción. ¿Y quién perdió la nación? ¿Y quién ganó? En el caso de Rusia, sus enemigos alemanes, en el de España, los enemigos de España y en el de Roma, Roma misma perdió.
Felicidades España, que con sus estúpidos inventos antiespañoles, se ha derrotado a sí misma brillantemente.
¡¡Bravo!! Propongo que cada año vengan Cascos y Griñán a la Maestranza o a Las Ventas a contarnos a dúo, cómo se cargaron a un cacho de un cacho de tierra de España, por el bien de España. Que vengan también los monigotes de sus adversarios, vestidos de payasos, y que recuerden sus memorables duelos con los que tan brillantemente fracturaban la nación. Y cómo vaciaban los bolsillos hasta el último euro de sus jubilosos compatriotas. ¡¡Qué grandes!!