Ajustes, recortes, perder las elecciones. Se patalea mucho, con muy malos modos, pero no se quiere reconocer la auténtica realidad: existimos porque Alemania mantiene el grifo abierto. Luego se podrá maldecir todo lo que se quiera a Alemania, pero es así. Los recortes de Rajoy no son más que artimañas para ganar tiempo a lo Penélope y evitar que nos cierren el grifo de los préstamos, sin los cuales, ni podrían pagarse médicos, policías y jueces. ¡Soberanía decimos, luego existimos! Pero esa palabra no existe más que sobre el papel, hace mucho tiempo que no debimos endeudarnos, que no debimos hacer los nuevos Estatutos, ni consentir este régimen autonómico y constitucional, ni permitir que se lo llevaran crudo, ni que los jueces del TS y del TC dejaran impunes todos estos destrozos.
Soberanía decimos: ¡demasiado tarde! Hicimos esa cara apuesta y la perdimos, mejor dicho, otros nos hicieron perderla, porque yo no firmé nada, ni voté la Constitución, ni voté a los que causaron este destrozo, ni tampoco me consultaron sobre las Autonomías, ni sobre los jueces corruptos. Pero bueno, es una forma de hablar, quizá algo imprecisa pero fácilmente comprensible. Las matemáticas no entienden de pataletas: hicimos esta cara apuesta y la perdimos. Así de sencillo.