Pero el turismo extranjero, de guarros de discoteca, que no se dejan ni un duro en los pequeños negocios de los españoles, es el que menos importa. En serio: los hoteles por mí, que cierren todos. Aborrezco a esa gentuza hotelera, que busca la protección del sector público, contra el único turismo que realmente deja dinero en los pequeños negocios: el español. Y no es que considere obligatorio, dejar dinero en los pequeños negocios de los españoles, pero no me parece bien que eso sea protegido y que el turismo español, sea un turismo clandestino que tiene que agachar miserablemente la cabeza, mientras se fomenta el turismo de los hooligans. ¡Que no nos hacen ninguna falta!
Y si eso recauda por vía IVA, también los industriales de la leche de vaca, producen ingresos por IVA, y los ganaderos, y eso no quita el que son unos envenenadores a los cuales el sector público no debería proteger y sin embargo protege. Protegen a todos los antiespañoles: a los que nos envenenan, a los que dejan nuestras calles sucias de vómitos, sin dar un euro a los españoles. Y encima son los españoles los que tienen que amoldarse a los hooligans que vomitan. Protegen también a los que envenenan nuestros cuerpos y a los que envenenan nuestras mentes y encima, con cargo al presupuesto: televisiones públicas.
Joaquín califica de purgas lo de TVE. Probablemente tendrá razón. ¿Qué esperaba de un régimen totalitario, de una democracia falseada donde se presentan decenas de partidos que son el mismo partido? Pero lo peor no es eso. Lo peor es que no se abre el sector de las telecomunicaciones. Sigue el monopolio del pentapartito, de la mano a la que tantas veces he hecho referencia. Todo ello bajo el régimen de la concesión administrativa y de la publicidad institucional.
Resumiendo: monopolios en el sector turístico, monopolios en el sector de las telecomunicaciones. Monopolios para que no se mueva nada. Y lo que es peor: monopolios fomentados por y para el poder político, favorecidos por disposiciones específicas, discriminatorias y con el descarado objetivo de favorecer a sus amiguetes, que van en detrimento del Estado de Derecho, de la democracia, de la libertad, de la seguridad jurídica y de la neutralidad que debe tener el Estado en materia económica. Y lo que es peor: en contra de los españoles.
Los monopolios representan una vía hacia el totalitarismo, como los Tribunales digitales: el mecanismo es el mismo: se concentra el poder en muy pocas manos. Tal es la idea. Nadie se crea que el mangoneo en la judicatura es cosa distinta de las disposiciones específicas, favorecedoras de los monopolios. Que no se crea el poder que no nos damos cuenta. ¡Algunos sí nos damos cuenta!