A mi me parece interesante y significativo el mensaje que le mandó su mujer en el que le decía "no te pongas nervioso con los niños". Desde luego, cada cual puede interpretarlo como quiera.
Con respecto a los huesos, creo que los están estudiando más que detalladamente.
Está claro que nosotras sólo podemos hacer suposiciones, porque no tenemos todos los datos. Pero en el juicio se sabrá todo lo que hay, y que nosotras ignoramos. Ya se verá.
Por otra parte, a mi me da la sensación de que el abogado de Bretón está iniciando la huida, al filtrar desencuentros y enfados con su cliente. Mi intuición me dice que no va a ser él quien le defienda en el juicio.
Saludos
Me gustaría poder suscribir la tésis de Estrellas sobre la madre ya que (si la descartamos como parricida) los niños estarían con vida bajo su control, pero se me hace muy difícil. Primero porque una cosa es estar hasta las narices del marido, querer separarse de él y acusarle de malos tratos y otra muy distinta (que nos haría dudar de su estado mental) es secuestrar a sus propios hijos para que le juzguen por asesinato. Ya se que el odio humano puede no tener límites, pero la vigilancia a la que, sin duda, también está sometida, lo hace bastante inviable.
En cuanto al análisis óseo, parece que se ha hecho ya todo lo que la Ciencia permite y tenemos los restos de dos niños de las edades de Ruth y José en la hoguera de las quemadillas, en día y horas coincidentes, que no admiten muchas explicaciones alternativas a no ser que neguemos la mayor y acudamos a complots y corrupciones en masa.
Efectivamente, todo se verá en el juicio y en la instrucción no se han escatimado medios, es más, la impunidad en la mentira del imputado ha generado unos gastos astronómicos de los que, en vista de la legislación vigente, el mentiroso no responde.
Por último, en cuanto a la eventual "huida" del abogado defensor, es comprensible por las dudas morales que genera el caso (a las que me referí más arriba) y también (por qué no decirlo) por la publicidad negativa que puede tener para el profesional, atacado constantemente por la opinión pública aunque solo cumpla con su trabajo. Esto no es "Matar a un Ruiseñor" (película que, de paso, recomiendo sin reservas) ni el abogado Gregory Peck.