Bravo por la Sra. Ayala, la juez de instrucción. En 24 horas ha puesto a más de uno donde le corresponde: en la puñetera cárcel. Y miren que lo ha pasado mal que ha estado seis meses de baja, pero al parecer, lo que no te mata, TE HACE MÁS FUERTE.
Quede claro por mi parte que la vara de medir a los corruptos es la misma, y me da igual la ideología de quien meta la mano en el cajón público, LA CÁRCEL es el único camino para los corruptos, sean del color que sean. Bravo, Sra. Ayala.