Me imagino que, igual que me sucede a mí, os van llegando mensajitos cariñosos de los aspirantes a Magnífico Rector. ¡Cuánto baboseo ahora -les da igual que estemos de exámenes- y qué poco caso cuando salen elegidos! Me recuerdan a ese añejo y machista dicho de los antiguos novios de pueblo: Prometer hasta meter y, después de haber metido, olvidar lo prometido.
Ya que los alumnos tenemos poco peso en la elección, propondría una apuesta colectiva por el candidato que se comprometa con un programa de mínimos muy concreto, y os sugiero que expongamos unas pocas ideas porque seguro que, o leen estos mensajes directamente, o tienen quien se los hace llegar. A mí se me ocurre por ejemplo que se comprometan a:
1.-No trasladar la convocatoria de septiembre a julio por la singularidad de los alumnos de la UNED.
2.-Que cada alumno conozca su calificación en los 20 días siguientes a realizar el examen.
3.-Que se mantenga el precio de la matrícula hasta salir de la recesión económica.
4.-Que se regulen, de modo único y obligatorio para todos los Departamentos, las reclamaciones.
5.-Que se controle con rigor la atención de los cursos virtuales sancionando a los desaparecidos.
Es gracia que espera alcanzar de vuecencia cuya vida guarde Dios muchos años.
