Pero el historial nefasto, incompatible con la noble función judicial que desempeña, está ahí. No debemos dejarnos llevar por el hecho de que haya encarcelado a un banquero.
Y en otro orden de cosas, la ley está mal hecha, por cuanto que a un juez sólo se le aparta por delitos como la prevaricación cometida por Elpidio. (Ya me aprendí su jodido nombre).
Pero la cosa va mucho más allá, por cuanto que si incumple la ley al no pagar el alquiler, por ejemplo (una chorrada, de acuerdo), ¿cómo puede exigir a otros el cumplimiento de la ley, siendo el primero en saltársela a la torera? Y sobre todo: el que hace un cesto, hace ciento. Y el juez que atropella la ley cuando se quita la toga, sigue vulnerándola cuando se la pone. Y el que prevarica en un caso, tarde o temprano, prevaricará también en otros.
A todo esto es a lo que lamentablemente no se ha puesto coto.
Sé que es poco jurídico el argumento de que el que prevarica una vez, prevarica siempre, sé que no se puede condenar a uno por otro caso distinto, por haber prevaricado en uno anterior, y que el que asesina, roba, una vez, se le ha de condenar sólo por ese caso que se hubiera probado, lo que no quita el que sea muy probable que haya asesinado, robado, etc. en otra ocasión y que vaya a hacerlo en el futuro. El que prevarica, es que viene corrupto, y ya no puede actuar de otra forma que torciendo la ley deliberadamente.