Casi el 90 por ciento de los españoles cree que España es un país corrupto y el 75 por ciento considera que la imagen del país en el exterior no ha mejorado en los últimos meses, según el último Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE).
“La corrupción, ahora mismo, tiene obsesionados a los españoles porque aparece en todos los medios y los escándalos de corrupción surgen de debajo de las piedras”, ha declarado el investigador principal de la imagen exterior de España y opinión pública, Javier Noya.
A pesar de que el 75 por ciento de los españoles cree que la imagen de España en el exterior no ha mejorado en los últimos meses, el 65 por ciento hace una valoración positiva de la iniciativa Marca España.
“El ciudadano español da prácticamente la misma importancia a las políticas de imagen que a las políticas para solucionar los problemas reales de la economía: hay que hacer un esfuerzo para cambiar nuestra imagen en el exterior, aunque también en el interior del país”, ha señalado Noya.
El 60 por ciento de los españoles se considera tradicional, el 53 por ciento como no fiables y el 86,4 por ciento cree que es un país de corruptos. “Por lo general hay un efecto espejo: la imagen que los españoles tenemos de nosotros mismos se parece mucho a la imagen que los extranjeros tienen de los españoles”, ha afirmado el investigador principal del BRIE.
“Sin embargo, existen diferencias entre la reputación interna y externa del país. Los españoles son mucho más críticos consigo mismos y con la imagen de España que, por ejemplo los alemanes”, ha añadido.
Por ejemplo, el porcentaje de entrevistados que considera como un país de corruptos es casi el doble en España (86,4 por ciento) que en Alemania (alrededor de un 50 por ciento). “En la prensa internacional, la imagen de España, objetivamente, no ha dejado de empeorar. Proyectamos la mala imagen que tenemos”, ha asegurado Noya.
Para el 40,4 por ciento de los españoles, la corrupción política es el problema internacional más importante para España, seguido por el 18,8 por ciento que se declina por el paro, el 13,5 por ciento que apunta a la economía y el 11,5 por ciento que señala a la crisis internacional.