Lo que mas me asquea es el cinismo de algunos. La que han liado ahora con la militancia del presidente del Tribunal Constitucional, mezclando las churras con las meninas.
¿Tu te crees que ellos no tienen perfectamente claro que no les afectan las incompatibilidades de LOPJ porque NO son jurisdicción ordinaria?
Además, la asqueante politización de la justicia la perpetró el psoe con el cambio en la elección del CGPJ de la LOCGPJ del 81 de UCD, correcta a mi juicio, a la LOPJ del 85 del psoe, escandalosa a mi juicio. Pero también es cierto que el pp no lo ha arreglado...
Los que dicen que esto sin militancia ya es escandaloso, y con militancia, doblemente escandaloso, dicen verdad. Mejor dicho: decimos verdad. Sé que en general, el comportamiento del diario EL PAÍS, es periodísticamente nada profesional y es más asimilable al de un folletín o panfleto. Pero en este caso, han dado en el clavo. Y hay que felicitarlos, no sin lamentar que esta línea sea la excepción y no la regla, o que no sean así de implacables con todo el mundo. O tal vez no sea la excepción, sino que sencillamente dicen verdad, donde la verdad coincide con los intereses propagandísticos que patrocinan. Pero sea como fuere, donde El País dice que eso es un escándalo, yo contesto que dice verdad.
La ley efectivamente, es repugnantemente golpista y generadora de todo tipo de delitos, crímenes y prevaricaciones, pero no establece la militancia como causa de incompatibilidad. Es una ley a la medida del país bananero que es España, pero es la ley. Es el art. 19 de la LOTC.
Obsérvese que un militante, lo primero es militante, y por lo tanto, cumplirá antes con el jefe del partido, que con la ley. Y esto es así de todas todas. Estas leyes son las más perversas, porque crean un agujero por el cual se cuelan todo tipo de fechorías. Por ello no es nada contradictorio el defender la ley, pero denunciar aquellas leyes perversas que se hacen para vulnerar todo el ordenamiento jurídico o abusar del poder y así, deliberadamente, hacer daño al pueblo español.
Crean leyes perversas y malas, para que, cumpliendo solamente esas, incumplir las restantes. Ninguna ley dice que el pp pueda financiarse ilegalmente, o que lo de Pepiño deba quedar impune, pero en la práctica al dar competencia en última instancia, a militantes o simpatizantes (más bien cómplices) de los partidos, sobre fechorías de esos partidos, (Cobos y Granados) pues pasa lo que pasa.