Servimos cafés en Londres porque no tuvimos huevos.No hay excusas. No podemos pretender que por tener una carrera o dos nos pongan en una oficina y 2000 euros al mes. Que nos lo prometieran no significa nada. Las cosas no vienen, hay que tomarlas, y si dejas que pasen entre risas en la facultad cuando todo era bonito, es tu culpa, nuestra culpa. Porque nos robaban y no nos importó, hipotecaban el futuro de un país entero y ni mención hicimos. Ni por tener una carrera somos clase media ni alta, ni somos más listos ni más guapos. Nos follan exactamente igual que al obrero de barrio. Que algún día pensáramos que eramos mejores que los demás por ir a la universidad y pasáramos de todo no significa nada, solamente prepotencia arrojada contra nosotros ahora con más fuerza.
Que sirvamos cafés en Londres o freguemos suelos o de que en España no haya ni un solo curro decente es consecuencia directa de nuestra falta de valor. Cuando pudimos hacer algo no lo hicimos, y ahora, aún asumiendo que nunca es tarde, es sin duda peor momento. Estábamos demasiado ocupados con nuestra vida como para darnos cuenta. La culpa es nuestra, de nuestros padres, de nuestros hermanos vecinos y primos por no hacer nada. Más todavía por hacerlo mal. Por colaborar. Por votar a unos y otros y por permitir que convirtieran nuestro país en un mal capítulo de The Walking Dead donde la gente va de un día a otro más arrastrándose que otra cosa.
Por reírnos a carcajadas mientras los concejales de urbanismo desfilaban tranquila y alegremente, por mirar a otro lado cuando veíamos brotar aeropuertos y ciudades de la cultura en cada esquina de este puñetero cortijo, y lo peor, nos dábamos por satisfechos. Cuando el país se llenaba de cacas jugábamos al mus en la terraza, porque cuando hay dinero todo va bien y nadie se preocupa, todos son minucias y la reivindicación es superflua si yo vivo de puta madre. Cuando no lo hay es tarde, eres un emigrante y estas completamente jodido. Abatido y emparedado por el sistema que te hizo pensar una cosa y en realidad era otra. De todas formas no es el final, siempre puedes agarrarte al saliente, trepar y que la riada pille a los pringados de detrás.
Que es una putada, indudablemente. Que no lo merecemos, puede. Que no hicimos ni mención, obviamente. Por ello tenemos parte de culpa, porque nos faltaron cojones. O porque simplemente pasábamos. Por alguna rara triquiñuela del pensamiento colectivo, de la psicología social, nos es más fácil dejarlo todo y emigrar a un país extraño para conseguir cualquier trabajo de subsistencia (de esclavitud), que haber luchado por arreglar las cosas. Me niego a pensar que es más fácil irte a otro país a ser explotado que aceptar quien es el enemigo y luchar contra él.
Porque fuimos de flipados y nos la han dado. Porque mirábamos por encima del hombro al emigrante pensando que nunca podríamos ser él. Pudimos haber salido adelante, lo teníamos todo a favor, pero preferimos agachar la cabeza y no meternos en follones y después si eso protestar desde otro país, gimiendo lo dura que es la vida y lo que ensucian los suelos los demás. Consuelo nos queda pensar que somos aventureros, que es una experiencia, que vamos a aprender un idioma o conocer otras culturas, que solamente es temporal o que va a servir para rellenar currículo.
Consuelos los que quieras, somos emigrantes porque nuestro país está literalmente en la más cruda y absoluta caca sin posibilidad real de cambio a medio plazo, con los mismos gobernantes corruptos que nos han traído a esta situación, sin cambiar nada ni un ápice, ni lo más mínimo. Si todo sigue exactamente igual es completamente imposible que nada cambie. Nos hemos ido para poder comer, hemos tomado unas de las decisiones más difíciles de nuestra vida por no unirnos cuando pudimos contra una calaña inmunda de casta parasitaria, de psicópatas hediondos embutidos en traje que disfrutan estrujando hasta la última gota de sangre de nosotros, sus súbditos. No hicimos nada porque éramos clase media y eso no era para nosotros. O porque las cosas no se cambian con manifestaciones o porque esa no es manera o yo que sé.
Y de repente, plof, sin saber como, tenemos una escoba entre las manos.
No puedes ver los enlaces.
Register or
Login