Ayer se celebró en Madrid, como casi todo el mundo sabe, una manifestación. En las horas previas, cierto personaje del mundo del espectáculo, el argentino Federico Luppi, dijo esto: «nos va la vida en crear un cordón sanitario para evitar que esta derecha cerril, troglodita y casi gótica se adueñe del pensamiento español. Se trata de evitar que España se rompa».
Ignoro si este individuo tiene la consideración de español postizo, doble nacionalidad o cualquiera de esas estúpidas ficciones jurídicas a las que aquí somos tan aficionados, pero en cualquier caso opino que debería ser expulsado inmediatamente del territorio nacional.
Y, también, no estaría de más revisar nuestro código penal, concretamente el art. 510, que dice así:
"Artículo 510.
1. Los que provocaren a la discriminación, al odio o a la violencia contra grupos o asociaciones, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía, serán castigados con la pena de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses.
2. Serán castigados con la misma pena los que, con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, difundieren informaciones injuriosas sobre grupos o asociaciones en relación a su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía."
Vaya con los invitados que se permiten insultar a una gran parte de los ciudadanos que los acogen en la propia casa de esto, incitando, además, a su represión social y comparándolos con una "enfermedad" mortal que requiere un cordón sanitario. Independientemente de que yo esté de acuerdo o no con lo que este individuo dice, creo que su consideración de extranjero debería hacerle mostrar una poca más de precaución. De entrada, yo le agradecería que se fuera a tomar por donde amargan los pepinos, pero en su propio país, que yo no iré allí a molestarle.
Un saludo